Desde que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciara ayer que se va a prohibir la matriculación de vehículos de combustión (gasolina, diésel e híbridos) a partir de 2040, se desató la polémica. A favor y en contra del anuncio, las opiniones se sucedieron. Y una de las creencias más extendidas entre la población que está de acuerdo con la medida es que, con el dominio del coche eléctrico, se acabarán los problemas de contaminación. Nada más lejos de la realidad.
Y es que, aunque nos cueste entenderlo (y aceptarlo), el coche eléctrico también contribuye a generar emisiones; y, por tanto, contaminación. Ha sido ABC el que ha recogido en su web las declaraciones de Nick Molden, CEO de Emissions Analytics y Equa Index: “En Europa y Estados Unidos la media de CO2 de un coche eléctrico es casi igual en términos de generación de electricidad, que un diésel“. A continuación, te explicamos el por qué de esta afirmación.
El coche eléctrico y sus emisiones
Tal y como apunta Molden, se nos quiere hacer creer que al comprar un coche eléctrico estamos apostando por un modelo ecológico, no contaminante y sostenible. Pero la realidad es otra, ya que para cubrir la amplia demanda de electricidad que requieren estos vehículos no se recurre a energías renovables, como la eólica o la solar. Lo cierto es que en España dependemos ampliamente del carbón, el petróleo y el gas en este tema; por no hablar de las centrales nucleares, que, aunque no contaminantes, tienen un riesgo alto para la población.
Eso sí, los que están a favor de la implantación del coche eléctrico como solución a la contaminación también rebaten esta afirmación. Según su criterio, por lo menos las emisiones no se concentrarían en el foco de las grandes ciudades (principales focos), si no que se distribuirían a lo largo y ancho del país. Una solución que se presenta, cuanto menos, como temporal al problema.
¿Hay soluciones fáciles a estos problemas?
Tal y como explica Oriol Canut, director general de GreenChem en España y Portugal y responsable del Libro Verde del Diésel a ABC, aplicar esta solución al problema de la contaminación está lejos de ser la ideal. “No hay una alternativa real [a los motores de combustión], que sea 100% limpia y sostenible. Todos los vehículos dejan su huella de carbono, que mide el impacto medioambiental real”, apunta.
“En cuanto se analiza globalmente todo su ciclo de vida, no hay grandes diferencias entre diésel, gasolina, e incluso coche eléctrico“, prosigue el experto. Además, señala otros graves problemas del coche eléctrico en nuestro país, como la falta de puntos de recarga; la limitada autonomía actual de estos automóviles; o el difícil proceso de reciclado de estos vehículos (por sus baterías), por citar unos ejemplos.