Si, durante la riada, la corriente no es muy fuerte o caudalosa, lo mejor es dirigirse, con la primera archa metida a un lugar alto y alejado.
El final del verano es una de las épocas más propensas a las fuertes tormentas, y en consecuencia, a inundaciones repentinas que nos pueden sorprender conduciendo. Actualmente, y según el Ministerio de Agricultura y Pesca, más de 700.000 españoles viven en zonas de riesgo de inundación, por lo que es importante saber actuar para evitar vernos atrapados por el agua. En caso de no actuar en consecuencia, los resultados pueden ser fatales, como ya hemos podido ver estos días.
Las regiones con más riesgo de sufrir este devastador fenómeno son las costeras, además de las zonas cercanas a los grandes ríos, principalmente el Ebro o el Duero debido a sus grandes crecidas. Si circulas por estas zonas con riesgo de tormenta o fuertes lluvias, extrema la precaución, ya que en cualquier momento nuestro coche se puede ver rodeado por una repentina crecida de un torrente, arroyo o río.
Valorar si moverse o no
La primera recomendación es la más obvia: si hay previsión de fuertes tormentas no coger el coche. Y, si estás obligado a ello, evitar carreteras paralelas a los ríos, con fuertes pendientes o que estén en faldas de montañas de igual manera que no debemos atravesar puentes. Lo mismo se puede decir de las ciudades, aparcar en las zonas altas de la población y obviar las zonas más bajas.
Pero, si como suele suceder en estos casos, nos vemos sorprendidos por la tormenta y no hemos podido salir a tiempo de la riada o nos vemos atrapados por ella de improviso, hay que mantener la calma unos instantes y observar cómo de fuerte y con qué caudal baja el agua. Si no arrastra objetos pesados ni empuja nuestro coche, lo mejor es salir de la zona lo antes posible circulando en la primera marcha, en dirección a un lugar alto o hacia una vía principal.
Una vez nos hayamos alejado y lleguemos a un lugar seco y seguro, es recomendable no reemprender la marcha y esperar unas horas hasta que el tiempo se tranquilice. En este punto, sería conveniente informarse en Tráfico, fuerzas de seguridad, Protección Civil o en el 112 cuál es el estado de las carreteras, si continúan las riadas o hay cortes en carreteras o calles. En caso afirmativo, lo mejor es no circular y esperar a que regrese la calma.
¿Salir o no salir del coche?
Sólo se debe salir del vehículo en casos de gran riesgo, que la riada sea de gran virulencia, llegue el agua a la altura de los bajos o entre en el interior. Hay que abandonarlo rápidamente, aunque tal vez no se pueda hacer hasta que no se inunde el interior y se iguale la presión. En ese caso, existe la opción de salir por la ventanilla.
En caso de que no se pueda bajar el cristal, hay que romperlo con un objeto punzante, ya que hacerlo con el puño o los pies es muy complicado y perderíamos un tiempo muy valioso. Para salir se debe hacer siempre por el lado del coche contrario al sentido de la corriente, porque el impacto de ésta siempre es fuerte. Seguidamente, nada a favor de ella, buscando la orilla o algún objeto al que agarrarse (árbol, farola, etc.) para ponerse a salvo o facilitar el rescate.
Recuperar el coche
Una vez nos hemos puesto a salvo y ha pasado la riada, es momento de hacer valoración de los daños sufridos en el coche, si lo hemos podido recuperar. La reparación aumenta de gravedad y precio dependiendo del nivel al que ha penetrado el agua. De entrada, si no ha superado la mitad de la altura de las ruedas, lo más probable es que no tenga ningún problema, aunque habrá que llevarlo a revisión por si el catalizador se ha dañado.
La situación cambia si ha entrado agua por la toma de aire del motor. En ese caso puede haber llegado a los cilindros y estropear el sistema de encendido, calando el motor. Su sustitución puede costar entre 400 y 3.000 euros, esto último si hay que cambiar el motor entero. En casos de que el coche se haya sumergido parcial o totalmente, el secado o sustitución de las piezas afectadas supera los 3.000 euros e incluso puede costar lo que un vehículo nuevo.