El grupo Jaguar-Land Rover ya ha comunicado en diferentes ocasiones su preocupación por el coche autónomo. A pesar de la nueva revolución que todos dan por segura, los británicos se plantean si no hay que investigar más antes de lanzar el mercado una tecnología de este calibre. El proyecto “MOVE-UK” pretende que el coche autónomo sea más accesible al usuario medio.
Se trata de un proyecto que cuenta con un coste estimado de 5,5 millones de libras, y pretende enseñar al coche del futuro un comportamiento más humano. Para ello se recorrerán las calles de Londres con vehículos del grupo, unos vehículos dotados de una serie de sensores y sistemas que detectarán y registrarán la conducción tipo de los usuarios.
Con ello, el movimiento “MOVE-UK” quiere registrar el comportamiento humano frente a situaciones cotidianas y espontáneas, como el tráfico, las obras, la climatología o los cruces muy transitados. Este experimento servirá para analizar las reacciones del conductor humano y lograr implementarlas en el futuro coche autónomo.
De este modo, se pretende que el conductor del futuro delegue más funciones al ordenador del coche. Algunos estudios han afirmado que una de las preocupaciones crecientes sobre esta nueva tecnología sería la poca confianza del usuario en el coche. Jaguar-Land Rover con este proyecto, en el que participa junto a otras empresas como Bosch, alimentará sus bases de datos para que finalmente sus clientes acepten y se adapten a los futuros coches autónomos.
Podemos ir más allá, y es que este proyecto no sólo permitirá que el usuario coja más confianza con su futuro coche, sino que desarrollará nuevas funciones que proporcionen al coche autónomo más fluidez y naturalidad en su forma de circular. Precisamente Jaguar-Land Rover es de los fabricantes que ha hecho patente su preocupación por sistemas automatizados demasiado artificiales.