Citroën mantiene su estrategia de electrificación de modelos. Y además a marchas forzadas. Es uno de los fabricantes con más modelos de este tipo en el mercado, especialmente en el nicho de las furgonetas eléctricas. La Citroën ë-Jumpy es una de las últimas en llegar a la extensa plantilla gala.
Pero no la única, y es que el 100 % de su oferta de comerciales ya está electrificada. Primero esta, luego la ë-Jumper, la furgoneta de gran tamaño y, finalmente, la ë-Berlingo, que llegará a finales de año. Todas se basan en las versiones térmicas, por lo que, volviendo a la ë-Jumpy, no es precisamente un modelo totalmente nuevo. Y eso, lo creas o no, tiene ventajas.
Realmente estar frente a frente con la Citroën ë-Jumpy es estar frente a una Jumpy normal y corriente. Y es que esta última sirve de base para el modelo eléctrico. Son todo ventajas, puesto que la plataforma, preparada para la electrificación, no reduce las capacidades de carga de este modelo. A nivel profesional es una auténtica ventaja.
La gama es similar a la convencional. Es decir, hay tres tallas: XS (4,60 m), M (4,95 m) y XL (5,30 m), todas con una altura máxima de 1,9 m, lo que facilita su entrada en parkings subterráneos. Con todo, mantienen unos buenos datos de capacidad de carga, hasta 1.275 kg para ser más exactos. En cuanto a volumen, oscilan entre los 4,6 y los 6,6 m3 en función de si equipan el sistema Moduwork o no, básicamente una trampilla que permite alargar el compartimento de carga hasta la cabina. Por cierto, puede pedirse también como doble cabina y como Combi para transporte de pasajeros: hasta 9.
Hasta aquí hemos descubierto que la Citroën ë-Jumpy es básicamente una Jumpy corriente, salvo por la mecánica. Equipa un motor eléctrico de hasta 100 kW (136 CV), y digo hasta porque en función del modo de conducción seleccionamos disfrutamos de más o menos potencia. Hay tres: uno Eco que limita la potencia a 60 kW y el par a 190 Nm pensado para mejorar rango, uno Normal, para el día a día que ofrece 80 kW y 210 Nm de par y otro Power pensado para cargas pesadas en el que se libera todo el potencial del vehículo con 100 kW de potencia y 260 Nm de par.
Es importante conocer que este es el único motor disponible para este modelo, al menos por el momento. Siempre actúa sobre las ruedas delanteras y no hay ni está previsto un sistema de tracción total. Tampoco parece necesario para un vehículo pensado para uso urbano, para lo cual propone una pareja de baterías.
La primera de ellas es de 50 kWh de capacidad y está disponible para toda la gama. Con una carga completa homologa una autonomía de 230 km. La segunda, más capaz, es de 75 kWh de capacidad (solo para los modelos S y XL), con la que logra recorrer hasta 330 km en homologación. Cifras sobrepasadas por cualquier versión de combustión… pero según estudios de la marca, la realidad apunta hacia otro lado. Citroën asegura que el 44 % los clientes de furgonetas de reparto no conducen más de 300 km diarios. Y, lo que es más, el 83 % no sobrepasa los 200 km.
Evidentemente hay clientes que recorren más kilómetros, y para ello tiene una completa oferta de modelos diésel de bajo consumo y alta autonomía. La Citroën ë-Jumpy está pensada para la ciudad y reparto de última milla. Otra de sus ventajas es que obtiene la etiqueta 0 Emisiones de la DGT.
En cualquier caso, la recarga puede efectuarse de diferentes formas, desde un enchufe doméstico, para lo que harían falta casi dos días para rellenar la pila de mayores dimensiones, hasta cargas rápidas a un máximo de 100 kW de potencia. En este último caso bastaría con 45 min para cargar la batería grande y solo 30 min para cargar la pequeña, siempre hasta el 80 %. La forma más habitual, de todos modos, debería de ser la carga a 7,4 kW u 11 kW, con las que tendríamos el vehículo totalmente cargado durante la noche.
Para poner a prueba esta furgoneta eléctrica Citroën nos propuso ponernos el mono y realizar un caritativo reparto por el centro de Madrid. Se trataba básicamente de recoger un carro de alimentos en una superficie comercial y transportarlo hasta la Iglesia de San Antón, sede de la ONG Mensajeros de la Paz. Es decir, un trayecto totalmente urbano donde sacar provecho de las virtudes de un vehículo eléctrico.
Durante el corto trayecto pude comprobar, primero, que el motor eléctrico es comodísimo para el reparto urbano y, segundo, que la autonomía no es tan crítica en este entorno. La respuesta instantánea de este tipo de propulsor beneficia la conducción activa en ciudad, a la vez que la frenada regenerativa permite aprovechar la energía para recargar las pilas. En este sentido, propone un modo de retención mayor denominado B con el que casi ni es necesario tocar el freno. Cuando lo hacemos, eso sí, es quizá demasiado contundente y obliga a un pequeño periodo de adaptación.
Aunque no pudimos probar a fondo el coche, las primeras sensaciones son claras. Como en todo vehículo eléctrico de este tipo el consumo es muy elevado, con cifras medias por encima de los 25 kWh/100 km. Esto sin carga, por lo que con ella la autonomía será algo inferior. En cuanto a los modos, con carga ligera la opción Eco es más que suficiente, mientras que el modo Power es tal vez demasiado contundente si no se precisa.
Sobre todas estas ventajas inherentes al vehículo eléctrico, especialmente en entorno urbano, Citroën propone unas pocas más. Tienen que ver con el diseño y el equipamiento. En el primer campo, es un vehículo sencillo, con muchos huecos portaobjetos y con una disposición de mandos muy clara y fácil de acostumbrarse.
Por otro lado, el equipamiento puede ser muy rico, incluyendo puertas laterales de apertura eléctrica y manos libres. Citroën ha configurado la gama ë-Jumpy en dos acabados: Control y Club, este último más interesante al incorporar de serie elementos como el encendido automático de faros o la ayuda al estacionamiento trasero.
Concluyendo, la nueva Citroën ë-Jumpy es una excelente herramienta para ciudad. Cuestión que no es baladí conociendo el aumento del eCommerce y el reparto de última milla asociado a la adquisición de bienes online. Para esto mismo nace, pensada para flotas que puedan cargar en base los vehículos, ya sea durante la noche o en carga rápida.
La ë-Jumpy no flaquea frente al modelo convencional salvo en autonomía, pero es que esta gama térmica sigue disponible para clientes de transporte regional o fuera de grandes urbes. Su talón de Aquiles es, como todo eléctrico, el precio, aunque Citroën le pone solución con una interesante oferta desde 189 €/mes (más IVA) a 60 meses con una entrada de 8.285 € (más IVA) y una última cuota de 4.325 € (más IVA). El precio con descuento arranca en 33.792 (con IVA) para una ë-Jumpy talla XS y batería pequeña.