Es conocido como el ‘Infierno verde’, ha acogido pruebas de todo tipo y la mayoría de ellas dejaron de visitarlo por peligroso. ¿Recuerdan el accidente de Niki Lauda en el que a punto estuvo de morir tras incendiarse su Fórmula 1 en un accidente y del que todavía arrastra secuelas? Pues el campeón de drifting Vaughn Gittin Jr ha recorrido el circuito de Nurburgring sobre un Ford Mustang y derrapando. Y eso que está prohibido hacerlo así. Eso sí, era la primera vez que se permitía una conducción de este tipo.
El logro tenía truco, aunque más que restarle méritos se los añade a su actuación. El piloto estadounidense empleó el Ford Mustang de 900 CV con el que compite y que ha sido preparado por Ford Performance, el departamento de competición de la compañía. Esto significa que tuvo que domar tal fiera en un trazado en el que buena parte de su asfalto colinda con muros y obliga a una conducción muy fina para no sufrir ningún accidente. Y eso que el protagonista de nuestra historia admite que alcanzó velocidades de hasta 240 km/h y que a muchas curvas entró en sexta velocidad.
Se trataba de “pasarlo bien”
Intentar explicar cómo se consiguió el reto siempre quedará corto en comparación con la posibilidad de ver cómo se consiguió este reto. Para ello acompañamos la información con el vídeo del reto. Nosotros, desde la envidia sana, nos quedamos con las declaraciones del piloto tras la gesta. Gittin Jr decía tras bajarse del coche que no se trataba de batir un récord de velocidad sino de pasar “un buen rato”. Y no las tenía todas consigo: “Es algo que muchos se preguntaban si sería posible y si el coche y el conductor podrían conseguirlo y salir de una pieza”.
Aunque admite que había girado muchas veces en el ‘Infierno verde’ ahora reconoce que no lo conocía tan bien como pensaba: “Todo cambia cuando vas de lado a esas velocidades. Estuve fuera de mi zona de confort durante la mayoría de las curvas. No lo verás en el vídeo, pero me asusté muchas veces“.
Y añade: “Una de las partes más locas del vídeo es el salto sobre Pflanzgarten. La velocidad de toda esa parte fue intensa e inmediatamente después de aterrizar tuve que poner el coche de lado para reducir la velocidad y meterme en la afilada curva derecha. No había margen de error. Fue una maldita locura“. Para el logro cambió tres veces de neumáticos y logró hacer los más de 20 km de su recorrido sin causar ningún daño. Bueno, sí que hubo uno, un dron de los que seguían la ejecución de ejercicio terminó en el suelo. No es mal balance.