Tip Graham adquirió hace unos días un Chevrolet Corvette del 66, tras encontrarlo abandonado por su dueño en la puerta de su casa. Éste intentó venderlo en su día, no lo consiguió, le puso una manta y así estuvo más de 25 años. Hasta ahora.
La historia del propietario del Corvette protagonista de esta noticia es la archiconocida de aquello que lo vas dejando, lo vas dejando y cuando te das cuenta ha pasado mucho tiempo. Aunque en este caso, fueron más de 25 años.
El vehículo fue adquirido en 1966 por Troy Herndon, quien le dio buen uso durante sus primeras primaveras. Incluso fue el encargado de tirar de un remolque con las pertenencias de la familia cuando el propietario hizo una mudanza. Pero llegó un momento en el que la familia adquirió un nuevo vehículo y decidió venderlo.
Sin embargo, las primeras propuestas de compra no le satisfacieron lo suficiente. Y llegó el momento en el que, para protegerlo del tiempo, le puso una manta. Y con ésta encima pasaron los días, los meses y los años. Se intentó mover cuando llegó el momento de afrontar una nueva mudanza, sin embargo el coche no arrancó por lo que esta vez el Corvette fue el remolcado.
Guardado
Al llegar a su destino se le volvió a poner la cubierta, que mantuvo otra vez durante años, hasta que, un día, Tip Graham, propietario de un taller, circulando por el barrio de Troy, se dio cuenta de que había un coche tapado, y, por el perfil, supo al instante cuál era el modelo.
Se puso en contacto con el dueño y le pidió descubrirlo, pero el propietario se negó en un primer momento. Éste sabía cómo estaba, puesto que había intentado dárselo a su hija, aunque ella lo rechazó por no tener dinero suficiente para restaurarlo. Sin embargo, Tip dijo que, si el coche estaba en buen estado, haría todo lo posible por comprarlo.
Estado del habitáculo
El coche tenía muy deteriorados los plásticos y los cromados, con varios centímetros de agua en el suelo de coche. Además, se había podrido el depósito de combustible, se habían perdido algunos guarnecidos del techo y tenía mucha humedad. Sin embargo estaba completo, la pintura era la original y la piel de los asientos se mantenía en un estado aceptable.
Finalmente llegaron a un acuerdo para la venta. Y aunque el motor no arrancó en un primer momento, sí que consiguió que despertara de su letargo tras reconstruir el carburador, instalar una nueva bomba de gasolina, reemplazar el cilindro maestro, y conecta una manguera a una cubeta de gasolina para surtir de combustible al propulsor.
Son muchos los pasos que faltan por dar en la restauración del vehículo, pero por lo menos se ha recuperado otro Corvette de segunda generación para la historia.
Las fotos son de la web Motortrend.