Hoy en día, los seguros de coche se adaptan a las necesidades de los usuarios. Existen numerosos tipos de pólizas para que cada uno pague por las coberturas que desea. Ni más ni menos. Por tanto, elegir el seguro de coche es fundamental para protegernos ante un accidente, pero también es una decisión importante si queremos economizar gastos.
Así, cabe destacar que aunque contemos con una cobertura a todo riesgo, hay determinadas situaciones en las que nuestra aseguradora no asumiría los costes derivados de un accidente. Es decir, contratar el seguro más completo no significa que estemos exentos de pagar los daños del coche en cualquier situación. Si no sabes a qué nos referimos, lee el listado que te proporcionamos bajo estas líneas y se cauto al volante.
Si consumes estas sustancias antes de realizar un desplazamiento con tu coche y tienes un accidente, la aseguradora no se hace responsable de los gastos que deriven de él. Es una falta grave que, a pesar de todas las campañas de sensibilización y vigilancia de la DGT, todavía sigue siendo una de las principales causas de accidentes de tráfico en nuestro país. Por tanto, además de los asumir todos los gastos del siniestro, el infractor tendrá que pagar las respectivas multas.
Según explican en Sport.es desplazarse con más pasajeros de los permitidos es un factor que libraría a tu aseguradora de hacerse cargo de la situación. Cada coche homologa una serie de plazas en su habitáculo. Precisamente el número de personas que dispondrían de los sistemas de seguridad necesarios para protegerse ante una colisión (airbags, cinturones de seguridad…). Por tanto, si sobrepasas este número de pasajeros estás comprometiendo la seguridad de todos ellos conscientemente. Algo que te obligaría, por tanto, a pagar los daños del accidente.
Si, por casualidad eres uno de los implicados en un siniestro, más vale que tengas la ITV en vigor. De lo contrario tu póliza de seguros no efectuará las coberturas necesarias y quedarás desprotegido. Toda la responsabilidad recaerá sobre ti o sobre el responsable del vehículo en cuestión. Por ello, acude al centro de Inspección de Vehículos y sé responsable cuando se trata de realizar las tareas de mantenimiento. No hacerlo puede salirte realmente caro.
Si, por casualidad, tu vehículo colisiona con otro y ese otro, pertenece a un familiar, conocido o allegado, la aseguradora no se responsabiliza de los daños. Este siniestro puede haber sido provocado intencionadamente y la aseguradora se protege de posibles fraudes.
En estas cuestiones, cuando el conductor implicado en el accidente tenga menos de 25 años la aseguradora podría no cubrir los gastos. Consideran que es un conductor inexperto y, por lo general, las pólizas que ofrecen coberturas a los más jóvenes suelen ser más costosas.
En muchos casos los clientes tienden a asegurar el coche a nombre de otro familiar o conocido más mayor. Y, si esto ocurre y es el conductor más joven el que tiene un accidente, la aseguradora no se haría responsable de lo ocurrido, sea cual sea la póliza que se haya contratado. Simplemente, ese caso concreto no es el contratado y con eso se libran de afrontar los gastos derivados del accidente.
Si modificas tu vehículo y no lo comunicas previamente a la aseguradora, será un motivo por el cuál no se harán responsables de tu vehículo. Todos los “extras” que añadas a tu vehículo y no sean de serie deben estar registrados y deben haber sido comunicados a la aseguradora que debe conocer en todo momento el estado real del vehículo al que dan cobertura.
Los desperfectos que sufra un vehículo por causas naturales extremas suele ser uno de los factores que no contemplan las pólizas de seguros. Por tanto, ante daños por inundación, fuertes nevadas, granizo, tornados, etc. tu vehículo estará desprotegido (habría que pedir ayudas públicas). Sin embargo, en este caso cada vez hay más compañías que deciden incluir algunas coberturas para conseguir clientes. Conviene que prestes atención a todos los detalles y leas bien el contrato del seguro de tu coche antes de asegurarte con cualquier compañía.
Por lo general, las pólizas de seguros no ofrecen coberturas coberturas si sufres un siniestro más allá de las carreteras. Procura planificar bien tu ruta y conduce con cuidado. Explorar por las vías mal acondicionadas puede poner en riesgo tu seguridad y afectar a tu bolsillo.
Si sufres un accidente en el que hay uno o más vehículos implicados, debes atender a las llamadas de socorro de los heridos. Eso sí, siempre que te encuentres en plenas facultades para ello y no pongas en riesgo ni tu salud ni tu seguridad.
Tal como se expresa en Terranea.es, si las actuaciones de estos cuerpos provocan destrozos en tu vehículo la aseguradora no se hace responsable. Pero, que no cunda el pánico, el responsable del vehículo tampoco está obligado a pagar los daños. Esta responsabilidad recae en el Consorcio de Compensación de Seguros, aunque hay algunas pólizas que podrían contemplar algunos casos de este tipo.
Asimismo, si se producen actos de terrorismo, rebelión, motín o tumulto popular y dañan a tu vehículo, las responsabilidades también recaerían en esta institución del Estado.
Ponemos este caso entre comillas porque es raro pensar que alguien quiere ser víctima de un accidente de tráfico. Pero no imposible. Existen casos en los que se intenta defraudar al seguro y obtener una indemnización cuando la causa del siniestro ha sido a propósito. Por tanto, si la aseguradora detecta que se ha producido un acto de “mala fe” por parte de su asegurado, no asumiría ningún gasto.
Recientemente una propuesta de Pons Seguridad Vial llamó la atención de la Dirección General de Tráfico. Consistía en que las autoridades competentes tenían que actualizar la legislación para contemplar las distracciones que sufrimos por culpa de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, cuando miramos el móvil mientras conducimos. A día de hoy no es una medida que exima a las aseguradoras de pagar los daños derivados de un accidente. Por ello, es algo que quieren modificar, de forma que si sufres un accidente por este tipo de causas seas tú quien asuma las consecuencias.