El diéselgate podría no haber terminado, o al menos estar cerca de iniciar una segunda parte. Llega un nuevo caso en el que se investiga el empleo de software fraudulento masivo por parte de una marca. Según informaciones reveladas por el diario francés Le Monde, cerca de dos millones de vehículos del Grupo PSA (Peugeot, Citroën y DS) podrían haber empleado en sus centralitas programaciones que variarían las emisiones según el momento.
El grupo francés ha sido objeto de varias investigaciones por parte del DGCCRF (Dirección General de la Concurrencia, el consumo y la represión del fraude, entidad francesa que persigue las malas prácticas mercantiles en aquel país) incluyendo varias visitas a su sede central para la recogida de documentos.
Le Monde revela que, entre la documentación obtenida este organismo, se incluiría uno en el que se indicaría la necesidad “de hacer que los aspectos denunciados sean lo menos obvios y visibles posible”. El propio organismo tendría una estimación de que “al menos 1.914.965 coches con motor diésel y normativa Euro 5” vendidos por PSA operarían con una “estrategia de emisiones fraudulenta”.
Durante estas investigaciones, el director del departamento de ingeniería de PSA habría reconocido que disponen de un sistema que reduce el control de emisiones cuando el motor adquiere cierta temperatura. El objetivo sería mejorar la eficiencia en el consumo aunque varía las emisiones de CO2 y NOx según el momento.
Sin embargo, desde PSA rechazan cualquier acusación de engaño con respecto a los niveles de sus emisiones y señalan que no han recibido denuncia alguna por parte de las autoridades judiciales.
En un comunicado de prensa, declaró: “El grupo está indignado de que esta información se haya entregado a una tercera parte mientras el Grupo PSA no ha tenido acceso a dicho documento presentado por DGCCRF a la oficina del juez instructor, por lo que no hemos tenido la oportunidad de defendernos ni presentar nuestros argumentos”.
Y añade: “El grupo ha repetido y explicado en varias ocasiones nuestra estrategia de puesta a punto de motores. Se basa en que los clientes puedan utilizar nuestros vehículos en su vida real, lo que supone reducir las emisiones de NOx en ciudades mientras se consigue el mejor balance de NOx y CO2 en carreteras abiertas”.
De hecho, desde el grupo no entienden la desconfianza puesta en el grupo: “Nosotros somos quienes inventamos el filtro de partículas y somos quienes hemos extendido el uso de la reducción catalítica selectiva gracias a la inyección de líquido con base de urea”, en referencia al uso de AdBlue.
Esta investigación se inició tras la que se llevó a cabo en Alemania con Volkswagen y que se denominó ‘dieselgate’, y que ya ha supuesto al grupo germano varias multas, reparaciones, cambios de software e, incluso, sustitución de vehículos afectados. Pero PSA no es la única que está siendo investigada en Francia, pues también se han levantado pesquisas con Renault y con el grupo Fiat Chrysler.