En un momento en el que la DGT se ha propuesto rebajar a mínimos las víctimas mortales en accidentes de tráfico y en el que las ciudades están regularizando el tráfico para rebajar las emisiones contaminantes, llama la atención el repunte de la carreras ilegales de coches, un problema al que se suma el agravante de que se están celebrando en entornos urbanos poco transitados.
Así, no son pocas las noticias que han llegado a la primera plana sobre detenciones, accidentes, atropellos y hasta víctimas de estas carreras ilegales de coches que se están celebrando en el interior de nuestras ciudades.
Siempre han existido y han sido difíciles de controlar. Pero, desde hace un tiempo a esta parte, las redes sociales, los teléfonos móviles y las cámaras de vídeo han facilitado la convocatoria de estas carreras ilegales de coches y la difusión de grabaciones de estas quedadas.
Sin embargo, por mucho atractivo que estas actividades tengan para algunos, lo cierto es que podrían estar incurriendo en un delito contra la seguridad vial y que, en caso de ser detectado y denunciado por la Policía, este requerimiento iría por la vía penal, por lo que supera la simple multa administrativa y pérdida de puntos del carnet de conducir. A continuación hacemos una radiografía de las carreras ilegales.
Todo es sumo secreto en estas quedadas. Resulta muy difícil seguirles la pista y son siempre un grupo de organizadores los que lo mueven todo y lo comunican a los habituales de estas quedadas, la hora y el lugar del encuentro, habitualmente con muy poco margen antes de su celebración.
Estas comunicaciones se suelen hacer por grupos de Telegram, WhatsApp, en foros y hasta mediante Instagram. Suelen ser en polígonos o aparcamientos disuasorios de ciudades y casi siempre de noche, aprovechando el poco tráfico que hay la zona a esas horas.
A estos acuden propietarios de vehículos y aficionados, aunque últimamente se ha visto a vecinos que se han acercado a curiosear qué sucedía. Es precisamente este uno de los mayores peligros, pues no solo ponen en peligro su vida, sino también la de los residentes de las zonas en las que disputan estas carreras ilegales de coches.
La Policía cuenta con infiltrados en estos grupos que pasan por aficionados más (su testimonio y las pruebas que puedan recabar son vitales), pero hay quedadas de las que no tienen conocimiento y que logran celebrarse. En caso de que estas se produzcan, destacamentos de la policía desplazan de forma inmediata al lugar donde se esté disputando.
En primer término proceden a una operación jaula en la que cierran las posibles salidas de la zona para que nadie pueda salir sin ser identificado. A los vehículos se les revisa la documentación para comprobar que tienen todos los papeles en regla, no olvidemos que están en una zona de libre circulación no en un circuito cerrado por lo que todas las modificaciones de los coches han de estar homologadas.
La Policía tiene la potestad de inmovilizar el vehículo, no solo de multar a sus propietarios. Los participantes suelen responder ante las preguntas de los agentes que allí no se está celebrando ninguna carrera ni nada ilegal, tan solo una quedada de amigos aficionados a los coches o el tuning o que han quedado para escuchar música sin molestar a nadie. Pero las marcas de neumáticos y las quejas de los vecinos, sin olvidar los vídeos que pronto empiezan a circular, les delatan rápido.
Queda en mano de la Policía la interpretación de los hechos. Para que una carrera de coches ilegal sea considerada delito han de demostrar que se ha producido conducción temeraria y que se ha puesto en peligro la vida de terceros.
Hay que recordar que las carreras ilegales de coches se disputan en zonas sin seguridad alguna, que los seguidores se ubican en zonas peligrosas, y que en cualquier momento se puede cruzar un particular, coche o residente en la zona. Es frecuente que se produzcan accidentes, los pilotos no son profesionales y no siempre controlan sus vehículos, y que muchos de estos terminan volcados, se accidentan entre ellos y hasta son pasto de las llamas.
Y, eso por no decir otras actividades que ahí se puedan producir igualmente fraudulentas como pueda ser el consumo de drogas o las apuestas ilegales.
Ninguna ciudad de España resulta ajena a estas quedadas. Las más sonadas son las que se producen en Madrid (Vallecas, Vicálvaro y San Blas) y Barcelona, pero también ha habido importantes detenciones en Vigo, Burgos e incluso Sonseca (Toledo).
A esto hay que sumar los movimientos que ha habido especialmente desde Galicia a zonas del norte de Portugal para participar en carreras allí y a que muchos las están haciendo con los coches de carsharing de las ciudades.
Las autoridades locales han aumentado la vigilancia en las zonas con poco tráfico nocturno, pero no es suficiente. Estas carreras de coches ilegales se siguen produciendo.