Carlos Sainz jr puede presumir de ser uno de los pocos hijos de piloto campeones a los que no ha pesado como una losa la envergadura de su apellido (para colmo también repite nombre) para lograr sus propios éxitos en el mundo del automovilismo. Hace unos días se anunció su llegada a la escudería Ferrari para el año 2021, considerada por muchos como uno de los mayores logros a los que se puede aspirar en el mundo de la competición. Aunque su camino hasta llegar aquí no ha sido fácil.
Tiene un nombre y un apellido ilustre en el mundo del automovilismo, pero eligió su propio camino, muy diferente al de su padre, votado hace unas semanas como el mejor piloto de rallys de la historia (logró dos títulos del Mundial de Rallys, uno del Mundial de Rallys Todoterreno, y lleva tres victorias en el Dakar).
Analizamos la trayectoria que llevaron padre e hijo, Carlos Sainz y Carlos Sainz jr, para llegar a lo más alto del automovilismo.
Hijo de un alto diplomático, Carlos Sainz se inició desde muy joven en el deporte aunque cuando quiso acercarse al mundo del motor apenas recibió apoyo en casa. El automovilismo no gustaba por lo que tuvo que buscarse la vida por su cuenta. Se inició en los rallys, junto a Juanjo Lacalle, a bordo del Renault 5 que su padre le había comprado para ir a la facultad y solo le añadieron unas barras antivuelco de segunda mano, unas suspensiones y frenos de competición. Su debut fue en el Rally Shallymar de 1980 con un 23º absoluto y 2º de su clase. Entonces se alternaba en la conducción y el copilotaje con Lacalle.
Con una figura internacional del automovilismo como padre no es de extrañar que, desde pequeño, los coches estuvieran presentes en su vida. En el momento en el que anunció que fichaba por Ferrari mostró una foto de pequeño con un kart completamente teñido de rojo, ¿una premonición de lo que sucedería después? Desde muy pequeño se recuerda a sí mismo con un volante entre las manos.
Al año siguiente se decidieron a disputar la Copa Panda, una de las copas de iniciación más económicas que permitían a los pilotos novatos darse a conocer a nivel nacional. Lograron la victoria disputando el mínimo de pruebas obligatorias para el campeonato y gracias a su triunfo en el Rally Shallymar, última cita de la temporada que puntuaba doble. Esto les valió para ser pilotos oficiales al año siguiente con un SEAT Panda de Grupo 2.
Los primeros pasos en el mundo de la competición fueron los lógicos en cualquier chaval que hoy día quiere destacar en el mundo del automovilismo. En 2006 se impuso en el campeonato madrileño de karting en categoría cadetes, fue tercero en el nacional, el mismo puesto que logró en el Torneo delle Industrie de Italia. Desde entonces fue añadiendo victorias y títulos nacionales: en 2008 fue campeón del CIK FIA Asia-Pacífico en categoría KF3; y en 2009 ganó la Mónaco Kart Cup, fue segundo en el europeo de KF3 y tercero en las WSK International Series, momento en el que llamó la atención de Red Bull.
En 1983 comenzó un largo periplo con Renault, aunque Sainz nunca abandonó la marca del rombo desde que comenzó a competir pues, mientras estaba en los rallys con un Panda (1981 y 1982) también lo hacía con un Renault 5 en circuitos. Por sus manos pasaron varias ediciones del Renault 5 Turbo, un vehículo de Grupo B y tracción trasera con el que fue dos veces campeón de Castilla y dos veces subcampeón de España de Rallys (1985 -en imagen- y 1986).
Ya integrado en el programa de jóvenes pilotos de Red Bull, orientó su carrera hacia los circuitos, en detrimento de los rallys como habría querido su padre (le compró algún coche de rallys para que practicara en su finca particular). Se inició en los monopolazas con la Fórmula BMW Europa (terminó cuarto con una victoria y el reconocimiento de mejor debutante) y la Fórmula BMW Pacífico (donde ganó tres carreras de nueve).
En 1987 cambió a Ford para afrontar nuevos retos. Logró el título nacional que se le había escapado los dos últimos años (repitió en 1988) y debutó en el Mundial de Rallys. Lo hizo en el Rally de Portugal logrando el mejor tiempo en el primer tramo que disputó, aunque poco después se tendría que retirar. Ese mismo año repitió en el Rally de Francia y en el Rally de Gran Bretaña. En 1988 disputaría cinco citas finalizando décimo de la general del mundial.
Con un año de experiencia en monoplazas se enroló en la Fórmula Renault 2.0 participando en la edición europea y en NED (Northern European Cup). En la primera fue segundo con dos victorias y diez podios, mientras que en la segunda fue campeón tras ganar la mitad de las pruebas. El primer trofeo de monoplazas llegaba a su vitrina, no así el primer título internacional pues ya atesoraba varios de su época de karts.
En 1989 abandonó el Nacional y Ford y fichó por Toyota, una escudería mundialista con la ambición de lograr su primer título de pilotos y de marcas y donde coincidiría con pilotos de la talla de Juha Kankkunen, Kenneth Eriksson o Bjorn Waldegard. Su primera temporada mundialista al completo comenzó con cuatro retiradas aunque en las últimas tres citas subió al podio. La primera victoria llegaría en el Rally Acrópolis de 1990 (lograría un total de cuatro victorias) y lograría el título con un total de 140 puntos por delante de Didier Auriol con 95.
En 2012 se aventuró en la Fórmula 3, un paso obligatorio para todo piloto que quiera llegar a lo más alto pues, además de la alta competencia siempre existente, la normativa permite evolucionar los monoplazas y los pilotos pueden cambiar un buen número de especificaciones de la puesta a punto (en la mayoría de competiciones de monoplazas estos apenas permiten modificaciones). Sin embargo, el equipo Carlin apenas evolucionó el coche, sumado a que solo llevaba dos años en monoplazas solo pudo ser noveno en la F3 Euroseries, tras lograr dos podios; fue sexto en la F3 británica; mientras que en la F3 Europea fue quinto con una cosecha de una victoria y seis podios. También participó en el GP de Macao. Y aunque los resultados fueron mejorables, cerró el año con un bagaje de 71 carreras disputadas.
Después de haber perdido el título de 1991 tras una decepcionante segunda mitad de la temporada se hizo con el campeonato de 1992 tras un magistral final de año. El coche era nuevo y tardó en hacerse con él, aunque finalmente consiguió una corona que en el ecuador del campeonato parecía destinada a Auriol.
A pesar de que los resultados no acompañaron el año anterior, para 2013 decidió cambiar a la GP3, una de las pruebas teloneras de la Fórmula 1. Estuvo encuadrado en el equipo Arden, uno de los punteros de la categoría, aunque solo pudo sumar dos podios para terminar en la décima posición. Aunque sus resultados no fueron del todo satisfactorios, pudo subirse por primera vez a un Fórmula 1.
Tras un anecdótico paso por Lancia, la italiana estaba ya en retirada de la competicióny el Delta era ya poco competitivo, recaló en la firma japonesa que gestionaba Prodrive. Ambicionaba llegar a lo más alto y llevaba varios años haciéndolo bien. Estuvo dos años, y en ambos terminó subcampeón, el primero a causa de una lesión por la que no pudo disputar la temporada al completo, y el segundo tras un enfrentamiento con su compañero de equipo, Colin McRae, que logró el título. Muchos vieron una mano negra en la última carrera en su coche cuando ambos se disputaban el título: era el Rally RAC de Gran Bretaña con un equipo británico, una dirección británica y un oponente británico.
Primera cita con la Fórmula 1… aunque solo fuera en unos test celebrados en el circuito de Silverstone (Inglaterra). Su objetivo era coger experiencia y comprobar las diferencias entre los monoplazas que había llevado y los de la máxima categoría. El segundo día de test con el Toro Rosso marcó el segundo mejor tiempo a 44 milésimas de Daniel Ricciardo, mientras que el tercer día ya con el Red Bull fue el cuarto mejor de la pista por delante de pilotos habituales del Gran Circo como Felipe Massa (Williams F1).
Tras el incidente con McRae se decidió a regresar a Toyota para el año 1996, aunque una penalización al equipo japonés le obligó a retrasar su llegada dos años, los cuales estuvo en Ford. En su primera temporada con el Toyota Corolla WRC protagonizó una de las imágenes más duras del automovilismo cuando se rompió el motor de coche a 500 metros de la meta del final del último tramo (luego tendría que completar el enlace hasta llegar al parque cerrado). Fue subcampeón y el título fue para Tommi Makkinen, hoy líder del equipo Toyota en el Mundial de Rallys. Al año siguiente finalizaría quinto en el mundial, momento en el que Toyota decidió abandonar la competición.
A pesar de que en sus dos últimas temporadas no había logrado resultados vistosos para las expectativas de Red Bull con sus jóvenes pilotos, Carlos Sainz jr siguió dentro de la estructura de las bebidas energéticas y en 2014 dio otro salto, esta vez a la Fórmula V8 3.5, la anteriormente conocida como World Series. Si el año anterior ya había disputado varias pruebas, en 2014, junto al equipo DAM consiguió 7 victorias y el título, repitiendo así la corona que 15 años antes habría logrado Fernando Alonso (la competición entonces se llamaba Fórmula Nissan).
Entre los 2000 y 2002 compitió con un Ford Focus WRC con los que solo pudo ser tercero (en dos ocasiones, 2000 y 2002). Así, para el 2003 firmó con Citroën con la que fue tercero del mundial en su primer año, en 2004 vio como Luis Moya abandonaba su asiento a la derecha, que ocuparía Marc Martí, y terminó cuarto el Mundial. Ese mismo año anunció su retirada de la competición, aunque en 2005 regresaría en dos citas para sustituir al belga François Duval en Citroën. En el Rally de Argentina de 2005 logró su último podio del mundial.
Con el título de la Fórmula V8 3.5 bajo el brazo, en agosto de 2014, Red Bull anunciaba que para el siguiente año Carlos Sainz jr llegaría a su segundo equipo de la Fórmula 1 donde se encontraría con Max Verstappen como compañero de equipo. Terminó su primera carrera en 9º lugar y la segunda en el 8º con una 15ª posición final en la general tras sufrir varios abandonos. Al año siguiente continuó en el equipo B de Red Bull y finalizó en duodécimo lugar por delante del ruso Daniil Kvyat (14º) quien bajó en la quinta carrera de Red Bull a Toro Rosso.
Finalizada su aventura en el Mundial de Rallys decidió buscar nuevos retos y lo encontró en el Dakar. Se enroló en la armada de Volkswagen en 2006 que buscaba desbancar a Mitsubishi como reina del desierto. Debutó con el mejor tiempo en la primera etapa que disputó y de la mano del madrileño poco a poco Volkswagen fue mejorando hasta que logró su primer touareg en el año 2010, un año antes lo había conseguido también el sudafricano Giniel De Villiers con el mismo coche. Estuvo con los alemanes hasta 2011 cuando abandonaron el Dakar con tres triunfos seguidos.
Comenzó el año en Toro Rosso, con los que consiguió ser una habitual del top10 de cada carrera. Sin embargo, a falta de cuatro carreras para el final de la temporada dio el salto a Renault para sustituir a Jolyon Palmer. Logró un séptimo puesto como mejor resultado (también abandonó en dos ocasiones). Sin embargo, su llegada ayudó al equipo galo a lograr la pretendida sexta posición en la tabla de constructores… en detrimento de Toro Rosso (algo de gran importancia para el posterior reparto de dinero entre equipos). La falta de expectativas de dar el salto al primer equipo de Red Bull le hizo continuar en Renault F1 en 2018 con la que terminó en décima posición demostrando su consistencia en carrera y su figura de piloto de equipo que suma puntos para el campeonato de constructores y lleva el coche a meta.
Un coche poco conocido aunque de gran importancia en la historia del Mundial de Rallys. Cuando Sainz firmó con Volkswagen para disputar el Dakar también se enroló en el proyecto que la firma germana tenía para aterrizar en el Mundial de Rallys. Fue consultor en el diseño del Volkswagen Polco WRC y probador en los primeros kilómetros del vehículo. Incluso fue el encargado de hacerlo debutar en el Rally Legend de San Marino de 2012. Entre 2013 y 2016 este coche logró 43 victorias en 53 rallys disputados, el francés Sebastien Ogier logró las cuatro coronas de pilotos, Julien Ingrassia el de copilotos y la marca los cuatro títulos en el campeonato de constructores.
Su buen hacer con Renault le llevó a una McLaren en plena reconstrucción tras la marcha de Fernando Alonso y del belga Stoffel Vandoorne. Demostró ser el mejor ‘de los demás’, el mejor de los pilotos que no competían con Mercedes-AMG, Ferrari o Red Bull, hasta el punto de terminar sexto de la general el pasado año, lograr su primer podio (GP de Brasil) y terminar ocho veces entre los seis primeros unos puestos que parecían reservados para los tres equipos dominantes.
Tras la salida de Volkswagen en el Dakar, participó en dos ediciones con buggys alquilados de diferente consistencia y sin demasiada suerte. En 2015 fichó por Peugeot, un equipo francés rodeado de pilotos franceses y, a pesar de tener diversas desavenencias con la dirección del equipo, logró la victoria en 2018, el que sería el último año de la francesa en el Dakar. Los del león se marcharon tras tres triunfos consecutivos en cuatro participaciones.
Su primera temporada a bordo de un histórico como McLaren le ha permitido ser reclamado por Ferrari para la temporada 2021, aunque antes tendrá que completar un año 2020 complicado porque el calendario se ha acortado a causa del coronavirus y porque será el último año de McLaren con Renault como proveedor de motores antes de su cambio a Mercedes-AMG. Sin embargo, son muchos los que apuntan a que, tras lo visto en los test de pretemporada, el equipo británico será una de las sorpresas del año. Habrá que ver cómo han cambiado las cosas en estos meses de parón y dificultades económicas.
En 2019, se decantó por el equipo MINI que había ganado varias ediciones del Dakar en el pasado pero que no encontraban el rumbo apropiado en el desarrollo de su nuevo buggy. Tras un primer año de problemas a causa de la juventud del coche, en el segundo logró de nuevo la victoria, la tercera ya, en el Dakar. Todo apunta a que en 2021 repetirá con MINI aunque aún no ha firmado el contrato.
Carlos Sainz padre e hijo disputaron una carrera juntos en 2011, en los 500 km de Alcañiz, en el circuito de Motorland, a bordo de un SEAT León SuperCopa. Allí, frente a los pilotos habituales de las competiciones nacionales de resistencia, lograron el segundo puesto. Carlos Sainz se reencontraba de esta manera con los circuitos… pero hay que destacar que Carlos Sainz jr solo tenía 16 años.