El nuevo Opel Ampera-e soluciona las dos cuestiones principales que impiden que la movilidad eléctrica se convierta en una alternativa clara a la hora de adquirir este tipo de automóviles: la ansiedad por la autonomía y dónde cargar el vehículo.
Con una autonomía de más de 500 kilómetros, la estrella del reciente Salón de París supera a su rival más cercano en su segmento en al menos 100 kilómetros. Pero además, una carga de 30 minutos en un cargador rápido de corriente continua de 50 kW añadirá otros 150 kilómetros de alcance a la nueva generación de baterías.
Mientras los cargadores rápidos pueden considerarse todavía algo inusual, todo parece indicar que las cosas van a cambiar en Europa en un futuro no muy lejano. Además de la carga rápida de corriente continua, las baterías de 60 kWh del Ampera-e se pueden cargar en los puntos de carga domésticos de 4,6 kW, o incluso en las estaciones públicas de carga de corriente alterna que existen en toda Europa.
Con el cargador monofase suministrado con el coche se puede cargar tanto a 3,6 kW, como a 7,2 kW en estas estaciones de corriente alterna. Con una autonomía de más de 500 kilómetros, los propietarios casi nunca necesitarán cargar su batería de cero al cien por cien, especialmente teniendo en cuenta que la distancia media recorrida diariamente por la mayoría de los conductores es de unos 60 kilómetros.
“El Ampera-e tiene el potencial de convencer a los clientes, que no han considerado un vehículo eléctrico, de que la movilidad eléctrica es ahora posible porque no tienes que preocuparte constantemente de la carga de la batería”, explica el presidente presidente y consejero delegado del Grupo Opel, Dr. Karl-Thomas Neumann.
