El próximo 20 de mayo, la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) que todos los vehículos han de superar cada cierto tiempo sufrirá notables cambios, y el nuevo examen se anuncia como más complicado. Además de todas las comprobaciones que se hacían con anterioridad, a partir de ahora, todas las estaciones contarán con una última prueba que medirá las emisiones reales de los vehículos y se conectará el equipo de diagnosis mediante la clavija OBD para que el propio vehículo chive los problemas internos que presenta.Aquí puedes leer el nuevo Real Decreto que regula la Inspección Técnica de Vehículos. Nosotros te resumimos todas las diferencias con el tipo de inspección que conocemos.
Hoy en día, el proceso para comprobar las emisiones mide la opacidad del humo si se trata de un vehículo diésel, lo que no permite saber si cumplen la normativa Euro 5 y Euro 6; que sí se conseguiría con la nueva prueba. De esta forma, se adaptaría la recomendación europea que insta a los gobiernos a realizar el control de las emisiones de partículas contaminantes.Para conseguir esos datos, se controlará si se han vaciado los filtros de partículas o si se han manipulado las válvulas EGR. Una operación habitual para mejorar las prestaciones de los vehículos, aunque pasan a contaminar más. El objetivo es conseguir que el parque automovilístico sea más limpio y evitar las trampas que puedan afectar de forma negativa al medio ambiente. También conseguir que los fabricantes no vuelvan a dar datos erróneos sobre las emisiones reales de sus vehículos.
Además, la reforma de la ITV obliga por primera vez a las estaciones a disponer de herramientas de lectura de diagnosis (OBD). Estas se conectan con los ordenadores de a bordo de los vehículos; lo que supone “un primer paso hacia la inspección de los sistemas de seguridad electrónicos y hacia la mejora del control de emisiones”.Con esta medida, se podrá detectar, por ejemplo, si se ha anulado electrónicamente la válvula de recirculación de gases. También si se ha manipulado de algún modo el sistema del vehículo. Asimismo, se podrá comprobar el correcto funcionamiento de los airbags; hasta ahora los inspectores solo se fijaban en el testigo luminoso, algo fácilmente manipulable.
La nueva norma permitirá que elijamos otra estación ITV para pasar el segundo examen cuando el resultado sea desfavorable o negativo. Hasta la fecha, era obligatorio presentarse a la segunda inspección en la misma estación; y se tenía un plazo máximo de un mes. Según los expertos, esto puede hacer que las estaciones más rigurosas, o con fama de ello, vean disminuir su volumen de trabajo en favor de las estaciones más “blandas”.
Con la nueva norma, se podrá pasar la ITV hasta un mes antes de su vencimiento, sin que la fecha de renovación se vea afectada. En el caso de que adelantemos la inspección menos de un mes, dicha fecha de renovación se mantendría. Es decir, si debemos pasar la revisión el 15 de junio de 2019, por ejemplo, y lo hacemos el 15 de mayo de ese mismo año, la próxima inspección se seguirá programando para el 15 de junio de 2020.
Los vehículos de alquiler pasarán la ITV cada cuatro años, tal como explican desde TÜV Rheinland. Hasta el momento, estaban obligados a hacerlo cada dos, pero con el cambio de la normativa se ha igualado el trato que tenían con el resto de vehículos que deben afrontar su primer examen a los 4 años. Los motivos, según señalan, están en el buen estado que presentan y al escaso nivel de incidencias que presentan en las inspecciones.
Con esta nueva normativa, desaparecen los resultados “favorables con defectos leves”. De este modo, o el vehículo está en perfectas condiciones o no pasará la inspección técnica y estará obligado a subsanarlo y volver ser evaluado en un plazo máximo de un mes.
Para poder ofrecer estos nuevos servicios es necesario que las estaciones de inspección cuenten con la infraestructura necesaria. Por ello, se tendrán que actualizar, de acuerdo a la nueva normativa. Igualmente, se ha establecido que sus trabajadores dispongan, como mínimo, de un título como Técnico Superior de Automoción; 0, de lo contrario, tendrán que realizar un periodo de formación.
Dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que nos encontremos, el usuario no se verá obligado a pasar la Inspección Técnica del Vehículo cuando compre un coche en el extranjero. Solo tendrá que tramitar la parte documental del proceso para acreditar la pertenencia del coche. Además, según TÜV Rheinland, al tratarse de una adaptación de la legislación europea, un certificado de inspección periódica será perfectamente válido. Y eso aunque éste se emita en otros países miembros de la Unión Europea; lo que abarataría los gastos de los propietario.
Asimismo, al entrar en vigor la nueva normativa, se establece un nuevo criterio para distinguir si un coche es clásico o histórico. Hasta el momento, aquellos vehículos con más de 25 años ya se califican dentro de la segunda categoría, pero, a partir de este año, se aumentará el margen en cinco años. Es decir, todos los coches con una antigüedad inferior a 30 años se considerarán coches clásicos, mientras que los que superen esta cifra se catalogarán como históricos.
Tal y como os contamos en los cambios sobre neumáticos en la nueva ITV de 2018, se realizará una inspección visual para vehículos M, N y O (vehículos de transporte de personas, mercancías y remolques, respectivamente), que incluirá una exhaustiva revisión:
Al ser inspecciones técnicas más elaboradas, todo apunta a que su precio aumentará respecto a los últimos años. Todavía no se ha especificado a cuánto ascenderá dicho aumento; aunque sí se han dado los motivos que encarecen las nuevas pruebas. Y es que los centros deberán invertir en formación para sus técnicos y en nuevas tecnologías para actualizarse. Recordamos que las ITV son una competencia de las Comunidades Autónomas, que cada una tiene su propia ley al respecto y, por tanto, tiene unos precios diferentes.