Si bien parece estar muy claro que los coches del futuro prescindirán de los combustibles fósiles para ser eléctricos, sobre todo los turismos, en la parcela de los deportivos y la competición el futuro no parece estar tan claro. Un ejemplo son los planes a largo plazo de Bugatti, en los que queda claro que los eléctricos no son lo suyo y apuesta por una forma más avanzada de propulsión para sus coches: la de iones.
La marca francesa, junto a un estudiante de la Universidad de Arte de Brunswick, Max Lask, han iniciado un proyecto de prototipo de superdeportivo llamado Vision Le Mans, que utiliza este tipo de mecánica para moverse a gran velocidad. De momento sólo se han publicado algunas imágenes del concept car, pero Bugatti reconoce que aún no tiene los recursos y tecnologías para poder desarrollarla en el corto y medio plazo. Qué es la propulsión de iones
El Vision Le Mans, desvelado en los últimos días y cuyas características detalla El Español, es la visión, como su propio nombre indica, de cómo serán los coches de competición que corran en las 24 de Le Mans dentro de 30 años. Además de la innovadora aerodinámica del diseño inicial, el coche toma prestada una tecnología ya probada en prototipos de aviones por la prestigiosa universidad MIT de California, pero que aún no ha sido probada su efectividad para el transporte de personas o mercancías.
La propulsión por iones, según el proyecto, consiste en aplicar diferentes voltajes en la parte delantera y trasera del vehículo. Los electrodos del frontal hacen que las moléculas de aire pierdan electrones y obtengan así una carga positiva. Esta hace que sean atraídos por la trasera, con carga negativa. Así se crea un campo magnético que hace empujar el aire y por el que se obtiene el movimiento.
Esta tecnología, aún en una fase muy inicial, ni siquiera cuenta con la certeza de que vaya a estar operativa en 2050. Bugatti aclara que esta idea sólo forma parte de la colaboración entre este estudiante universitario y la marca. Y el departamento de desarrollo de la marca aún ni se plantea comenzar a desarrollar, y mucho menos fabricar el prototipo.
Los planes futuros de Bugatti tampoco descartan completamente la electrificación de sus superdeportivos. El pasado mes de noviembre, Stephan Winkelmann, presidente de la marca, apuntaba a la electrificación como una opción a largo plazo, dentro de 10 años, para sus modelos. Pero, de momento, confiará todos sus esfuerzos y producción en los motores de combustión, concretamente los de 16 cilindros en W.