El BMW X3 es uno de los SUV más importantes de la amplia oferta de la marca alemana en este segmento. La última generación aterrizó en el mercado en 2018 y a lo largo de estos casi dos años de vida comercial se ha ido ampliando con variantes BMW M deportivas. Además, para 2020, está previsto el lanzamiento de una versión híbrida enchufable Xdrive30e de 292 CV y una autonomía eléctrica de 50 km.
Pero en este reportaje nos centramos en analizar y probar quizás el BMW X3 más equilibrado, la versión Xdrive 20d, diésel, 190 CV y tracción total. Además, BMW nos lo ha habilitado con el paquete Luxury, uno de los más exclusivos de la gama, con un sobrecoste de más de 6.000 euros. Este añade extras como las llantas de aleación de 19 pulgadas, carriles longitudinales para la baca de aluminio o revestimientos de madera noble de álamo en el interior.
Con 4,71 m de largo, el BMW X3 es uno de los SUV medios más grandes de su clase, superando ya en tamaño al primer X5. Incorpora varias modificaciones de diseño en la parrilla frontal, sobredimensionada con respecto a su anterior versión (2010). También los antinieblas cambian y se integran más en la carrocería e incorpora nuevos elementos como las branquias laterales, que liberan presión mejorando el flujo de aire en los pasos de rueda.
En el interior permanece el diseño original de líneas horizontales, pero se han ido incorporando, paulatinamente, la última tecnología digital, como la pantalla central de manejo táctil (o también usando el mando de ruleta iDrive) de 10 pulgadas. El cuadro de instrumentos se podría considerar como semi digital, con un display central y tres esferas con marco físico, que cambian de aspecto dependiendo de modo de conducción que se utilice.