El BMW Serie 6 Gran Turismo, más allá de parecer un sustituto del BMW Serie 5 GT, es capaz de situarse entre medias de las dos berlinas más representativas de la gama de BMW, el BMW Serie 5 y el BMW Serie 7… con todas las ventajas que ello conlleva.
BMW Serie 6 Gran Turismo: fotos
[fotos id=”92373″]Texto: Karam el Shenawy
Pese a que las siglas GT (Gran Turismo) se le atribuyeron por primera vez al Serie 5 de 2009, con la nueva generación de la berlina alemana, BMW ha creído conveniente cambiar hacia una nomenclatura par para comenzar a referirse a esta carrocería tan peculiar.
Así es como ha nacido el nuevo BMW Serie 6 Gran Turismo, un vehículo situado justo entre medias del BMW Serie 5 y del BMW Serie 7 y que amplía una de las gamas más deportivas de la firma bávara.
En esencia, aunque hereda el característico diseño trasero del anterior BMW Serie 5 GT, la nueva berlina cupé reinterpreta por completo dichas líneas. Un ejemplo de ello es, sobre todo, la nueva forma que se le ha dado al portón trasero.
El que fuera uno de los elementos más amados u odiados por los conductores del BMW Serie 5 GT, ha cambiado su aspecto, rebajando su altura en 6,5 centímetros, recortando ligeramente el voladizo y generando así una línea lateral más deportiva y fluida.
Efectivamente, si te echas a un lado comprobarás que todo el conjunto es ahora más uniforme, más deportivo, menos monstruoso. Eso sí, pese a todo, se mantienen las características ventanillas sin marco, elemento que ayuda a enfatizar ese toque deportivo que se le presupone.
BMW Serie 6 Gran Turismo: habitabilidad
Con todo, el conjunto general crece en tamaño, concretamente 8,7 centímetros a lo largo, llegando así a los 5,09 metros de carrocería. Una cota que le equipara directamente con el BMW Serie 7 y que, obviamente, redunda en un habitáculo mucho más capaz.
No en vano, la zona trasera del BMW Serie 6 Gran Turismo se asemeja muchísimo a la del buque insignia. Con una distancia entre ejes de 3,07 metros, los ocupantes gozarán de un espacio para las piernas excelente. Pese a la gran caída del techo, la cabeza tampoco rozará en exceso, a no ser que midas 1,90 metros ya que por debajo de esa estatura y gracias a la reclinación de los respaldos, se podrá viajar sin ningún problema.
Sí, el BMW Serie 6 Gran Turismo ofrece un respaldo reclinable eléctrico. Solo se regula en 6 grados, pero son suficientes para que nos sintamos como en casa.
Y todo ello sin olvidar una zona de carga que crece en 110 litros, ofreciendo ahora el maletero un volumen de 610 litros. Un maletero al que se accede a través un portón con apertura y cierre eléctricos y sistema de manos libres, el cual puede llegar hasta los 1.800 litros si se abate la segunda fila (en proporción 40:20:40).
Delante, más comodidades. Las butacas de piloto y copiloto que nos recibían eran sencillamente espectaculares. Más allá de las funciones de calefacción, ventilación o masaje, destaca sobre todo el excelente recogimiento que ofrecen, tanto en la butaca como en la zona lumbar. Un detalle que le acerca de nuevo al Serie 7, como también lo hace un salpicadero que también coge soluciones del Serie 5.
Entre ellas, destaca el control gestual del sistema multimedia o la llave Display Key con sistema de aparcamiento remoto. Pantalla de 10,25 pulgadas, mando iDrive con superficie táctil, cuadro de instrumentos digital o una calidad de acabado excepcional terminan por conformar un habitáculo de alto standing.
BMW Serie 6 Gran Turismo: vídeo
BMW Serie 6 Gran Turismo: comportamiento
¿Recuerdas aquel eslogan de la marca de ‘me gusta conducir? Pues bien, el BMW Serie 6 Gran Turismo puede responder, con rotundidad, que nos gusta conducir. Gracias al empleo de la nueva plataforma modular CLAR, que también da vida a los BMW Serie 5, BMW Serie 7 y BMW X3, la nueva berlina deportiva es precisamente eso, berlina y deportiva.
Suena redundante, sí, pero en esos 5,09 metros de carrocería se junta la comodidad de una gran limusina, con la ‘mala leche’ de un cupé.
Durante la toma de contacto así lo comprobamos, si bien hay que decir que la ruta la realizamos a los mandos de la versión más radical de la gama: 640i xDrive alimentada por el motor de gasolina biturbo de seis cilindros en línea y 3.0 litros que entrega 340 CV. En esencia se trata del mismo bloque que el que monta el BMW X3 M40i, aunque en éste, el departamento M Motorsport no ha aportado su granito de arena para hacerlo más radical todavía.
Este es un hecho que se percibe desde el momento de su encendido, donde el sonido bronco que aparece en el SUV se diluye en la berlina, y que se confirma en las aceleraciones, donde no hay rastro alguno de ese petardeo que nos sobresalta al reducir de marcha.
No obstante, dicho propulsor ofrece una sensaciones muy satisfactorias, avaladas por unas prestaciones muy correctas, con un 0 a 100 km/h de solo 5,3 segundos y una punta de 250 km/h.
Además, dinámicamente ha mejorado un mundo respecto a su predecesor. Parte de culpa la tiene la comentada plataforma modular, que ha rebajado el peso en 160 kilos, y una puesta a punto del chasis excelente, donde se añade una suspensión neumática trasera (en opción también puede ser el para el eje delantero) o un eje trasero direccional, que aumenta la maniobrabilidad a baja velocidad y el dinamismo a elevada velocidad.
Circunstancia esta que pudimos corroborar por los tramos de Sintra (Portugal). Bien es cierto que el coche no se acaba de encontrar del todo cómodo en los cambios de apoyo, pero sí consigue entrar con rapidez en las curvas.
Además, la buena labor de la tracción xDrive nos permite ir un punto por encima del límite. No obstante, donde más sensaciones positivas obtendremos será en carretera abierta, lugar en el que se convierte en un auténtico devora kilómetros.
En este contexto, el diésel 630d GT o incluso el gasolina de acceso, 630i GT, quizá sean los más equilibrados, ya que los 265 y 258 CV, respectivamente, dan de sobra para viajar con holgura, al tiempo que el consumo medio se moverá en cifras más racionales: 4,9 y 6,2 l/100 km, respectivamente, gracias a la eliminación de la tracción total (opcional en el diésel). Todo ello sin olvidar que son más asequibles, pues sus precios parten de los 68.900 € para el 630i y de los 74.200 € para el 630d, dejando al 640i en 83.000 €.