El BMW i8 llega al final de su producción, un deportivo híbrido que abrió las puertas al futuro.
No es habitual hablar del fin de producción de un modelo. Pero cuando se trata de todo un icono como el BMW i8, merece mención aparte. La firma alemana anuncia el cese de producción del deportivo más ambicioso de los últimos tiempos. El primero en demostrar que prestaciones y eficiencia podían ir de la mano.
Con poco más de 20.000 unidades fabricadas, el BMW i8 anuncia el fin de una era que, al menos por ahora, no tiene sucesor. Lo que sí anuncia BMW es un futuro electrificado. Y es que de aquí a 2023 habrá hasta 25 nuevos modelos electrificados, de los cuales la mitad se impulsarán únicamente con energía eléctrica.
Una solución innovadora
Tras décadas sin un verdadero deportivo en su catálogo, BMW presentó en sociedad en 2013 el que sería el sucesor espiritual del M1. Aunque su tecnología era totalmente innovadora. Se trataba no solo de uno de los primeros híbridos enchufables que poblaban el mercado, sino también de uno de los pioneros con esta tecnología en el segmento de los deportivos.
El anteproyecto era bastante anterior, un BMW Vision EfficientDynamics presentado en el Salón de Frankfurt allá por 2009. El diseño final bebería mucho de este primer concepto, evolucionado en 2011 con el no menos espectacular Vision ConnectedDrive. Ambos anticipaban un vehículo capaz de combinar sin concesiones el placer de conducir con el diseño y la sostenibilidad.
Tecnología híbrida
El BMW i8 pretendía ser la plataforma de lanzamiento de la estrategia de electrificación de BMW, junto al i3, presentado en fechas cercanas. Juntos han dado vida no solo a la actual oferta híbrida enchufable de la marca, sino también a modelos completamente cero emisiones como el recién lanzado MINI Cooper SE.
El i8 se estrenaba como un 2+2 que combinaba un motor tricilíndrico de 231 CV de potencia con otro eléctrico de 131. Lograba un total combinado de 362 CV de potencia y 570 Nm de par. Cifras que tal vez no asombraron frente a otras alternativas de su clase. Pero el i8 guardaba un secreto.
Estructura de fibra de carbono
El secreto del i8 era a su vez otra de sus principales claves, una estructura de fibra de carbono. Algo que se ha ido implantando poco a poco en la gama, ya sea en la gama i, con el i3, como en la gama alta: Serie 7 y 8, sin ir más lejos. Esto lograba un peso total de 1.560 kilos, una cifra bastante contenida teniendo en cuenta que las baterías le litio aumentan notablemente la cifra en la báscula.
Junto a una aerodinámica especialmente estudiada, el BMW i8 aceleraba en sus primeras versiones de 0 a 100 km/h en solo 4,4 segundos y alcanzaba una velocidad punta de 250 km/h. ¿Lo mejor? Homologaba una media de gasto de apenas 2,1 l/100 km gracias a su capacidad para recorrer hasta 37 km en modo completamente eléctrico. La actualización realizada en 2018 tenía precisamente en cuenta la técnica. El motor eléctrico subió hasta 143 CV de potencia (la potencia global subía también a 374 CV) a la vez que presumía de una batería de mayor capacidad (de 5,2 a 9,4 kWh útiles). Con ello el modelo que ahora conocemos puede recorrer hasta 55 km en modo eléctrico.
La batalla por el láser
Además del sistema de propulsión y el uso masivo de fibra de carbono, el BMW i8 pasará a los anales de la historia por ser el primer vehículo de producción en equipar faros con tecnología láser. Unos faros, dicho sea de paso, que se han extendido no solo a los tope de gama en BMW, sino que actualmente un Serie 3 puede equiparlos también como opción. Ya en su lanzamiento el módulo láser era capaz de iluminar hasta 600 m por delante de nosotros.
Sin embargo, no todo fue fácil, y es que BMW y Audi iniciaron una batalla por ser el primer fabricante en lanzar unos faros láser de producción. Cuando BMW anunció la opción en su i8, Audi respondió con una edición limitada (99 unidades) de su R8, el LMX, con faros láser. Ante el peligro BMW adelantó la entrega de las primeras unidades del i8 con esta tecnología convirtiéndose así en el primero en ofrecerlo al público.
Y llegó el descapotable
Junto con la actualización de 2018 BMW decidió dar una vuelta de tuerca más a su diseño: llegaba el i8 Roadster. Se beneficiaba de todas las mejoras aplicadas a la gama Coupé, pero con el añadido de un techo de lona extraíble eléctricamente. Ya era posible conducir un prototipo con matrículas a cielo descubierto.
La principal diferencia frete al Coupé es que el Roadster perdía los anecdóticos asientos traseros. De este modo BMW tenía otro roadster biplaza en su catálogo junto al Z4. Es, indiscutiblemente, el i8 más exclusivo, y es que a un precio 15.000 superior al Coupé, este descapotable arranca en 160.350 €.
¿Y el futuro?
Al menos por el momento no se ha confirmado un sustituto para el BMW i8, un vehículo cuyas últimas 200 unidades están ya siendo fabricadas. Sin embargo, el futuro de BMW es bastante prometedor, al menos en lo que a tecnología eléctrica se refiere.
Hace tan solo unos días ya nos anunciaban un BMW i4 Concept, una berlina totalmente eléctrica ya casi en su formato de producción. A esto se sumará una segunda edición del exitoso i3 y, por qué no, una nueva iteración de deportivo con toda la eficiencia de la tecnología eDrive de BMW.