En el Salón de Ginebra, BMW presentó las versiones híbridas enchufables “iPerformance” del Serie 7. En total, son tres, una de batalla corta, denominada BMW 740e iPerformance, y dos de batalla larga, 740Le iPerformance y 740Le xDrive iPerformance. Todas ellas desarrollan 326 CV de potencia máxima y 500 Nm de par. La última presenta el sistema de tracción total “xDrive“, que distribuye la fuerza de los dos motores de forma variable entre el eje delantero y el trasero.
El sistema de propulsión es común. Está conformado por un motor de gasolina tetracilíndrico y turboalimentado y por otro eléctrico. El de combustión, de 2,0 litros, entrega 258 CV y 400 Nm, desde 1.250 hasta 4.800 rpm. Por su parte, el eléctrico registra 113 CV y 250 Nm. Este último está integrado en la transmisión automática con convertidor de par “Steptronic“, de ocho velocidades, que puede incluir, opcionalmente, levas en el volante. Con este módulo, la limusina alemana logra pasar de 0 a 100 km/h en solo 5,5 segundos y consume únicamente 2,0 litros cada 100 kilómetros en ciclo mixto homologado. Esta cifra tan baja de gasto de combustible se debe a que el coche puede recorrer hasta 48 kilómetros solo con el motor eléctrico, es decir, sin consumir nada ni emitir gases contaminantes.
La batería de iones de litio, con una capacidad de 9,2 kWh, se puede recargar en tomas de corrientes públicas o domésticas, así como a través de una Wallbox. En las primeras, el “llenado” se logra en menos de cuatro horas, mientras que, con la más potente, la operación finaliza en menos de tres. Como está situada debajo de los asientos traseros, el maletero, de 420 litros, ofrece un plano de carga uniforme, sin escalones. La conexión para recargar la batería se encuentra en el lado izquierdo del coche, delante de la puerta delantera. Sin sobreprecio, se incluye un cable de carga, que se guarda en una bolsa en el maletero.
Los “iPerformance” del BMW Serie 7 incluyen de serie el control dinámico de la conducción “Driving Experience Control“, con los programas “ECO PRO“, “COMFORT“, “SPORT” y “ADAPTIVE“. Según BMW, las diferencias son más acentuadas entre uno y otro que en las versiones con motor de combustión. El equipamiento de serie también incluye faros con tecnología de tipo LED, navegador “ConnectedDrive“, y calefacción y refrigeración remotas, para que el conductor disponga de la temperatura deseada en el momento de entrar en el coche.
En el habitáculo, las principales diferencias se centran en las indicaciones gráficas específicas de la instrumentación y de la pantalla central “Control Display“, así como en la adopción de la tecla “eDrive“. Con ella, se puede gestionar el modo de funcionamiento del sistema híbrido. El programa “AUTO eDRIVE” da preferencia al motor eléctrico a bajas y medianas velocidades. El propulsor de gasolina solo entra en funcionamiento a partir de 80 km/h o cuando se pisa con fuerza el acelerador. El modo eléctrico “MAX eDRIVE” puede utilizarse hasta 140 km/h.
El modelo germano pueden incluir, opcionalmente, el kit deportivo “M“, el diseño “Pure Excellence” para el habitáculo y la carrocería, así como acabados estéticos de “BMW Individual Design“. Ahora toca esperar cuándo será la fecha de inicio de comercialización. Con este coche, los magnates y los altos cargos políticos pueden sumarse también a la movilidad sostenible…
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