BMW 420d Coupé y Lexus RC 300h son dos visiones totalmente diferentes de coupés lúdicos. Los comparamos y sacamos sus peculiaridades.
Lexus domina como ninguna otra marca la tecnología híbrida. BMW hace lo propio con sus eficientes mecánicas turbodiésel. Dos tipos de propulsión que intentan sacar el máximo partido desde el planteamiento tan distinto que promulgan BMW 420d Coupé y Lexus RC 300h.
En el ámbito de las marcas de prestigio es casi una imposición hacerse notar, sea de la manera que sea. Y tan válida resulta esta tesis para el BMW Serie 4 Coupé como para el Lexus RC 300h.
En el primero, la eterna discreción de los modelos bávaros rige, como siempre, su puesta en escena. Pero ahí está este corte cupé para poner un punto más de deportividad, amén de una dinámica sin tacha que aporta ese saber estar en todo tipo de carreteras.
Fiel compañero, una vez más, nos topamos con uno de esos motores redondos, que no perfectos, pues la arquitectura tetracilíndrica de gasóleo del BMW 420d Coupé deja un ligero amargor en algunos momentos (luego damos más detalles).
Convence sin medias tintas, pero también puede crear rechazo en el cliente convencional. Su punto de encuentro en las gasolineras no está en el mismo surtidor (uno diésel y el otro gasolina), así que, de partida, parece que nuestros dos protagonistas no se van a llevar muy bien.
Convergen, en parte, en su propuesta estilo cupé, aunque la oferta de cada fabricante es bien diferente.
Mientras que BMW se acerca a todo tipo de públicos con hasta tres carrocerías, incluyendo los Cabrio y Gran Coupé, Lexus solo dispone de una sola variante para el RC, mucho más deportiva.
Indudablemente, entran mejor por los ojos que una berlina tradicional de tres volúmenes, pero que se lo cuenten a los pasajeros de atrás, en estos vehículos solo dos. Ahí no hay mucha altura (los más altos tocarán el techo con la cabeza) y tampoco sobran los centímetros para piernas.
En la comparación, el BMW 420d Coupé sale ganando en este aspecto, pero por un margen exiguo. Además, en los dos el acceso a este espacio es incómodo.
Más distancia marca el bávaro por maletero, todavía bastante razonable. Sus 445 litros dejan lejos los 340 litros de su rival japonés, válidos en este último para el equipaje de una pareja y poco más.
Es el conductor el que más va a disfrutar del viaje. Para ello, en el caso de BMW cuenta con un puesto de mandos óptimo. Ante un ambiente muy sobrio, conocido en los coches de la hélice, todo está en su sitio.
La instrumentación se lee con claridad, el mando multifunción del sistema multimedia es de los mejores del mercado (una vez superado el correspondiente periodo de aprendizaje), es fácil encontrar el interruptor de los diferentes programas de conducción e incluso se permite la licencia de incluir una palanca de freno de mano convencional, un guiño para los puristas. Como norma, el asiento se puede situar muy abajo, al modo de los coches deportivos.
Y en el terreno multimedia, su equipo no es tan completo como en su oponente. En ergonomía, no obstante, no hay crítica y a los mandos ofrece comodidad y un correcto posicionamiento.
Una vez en marcha, la agresiva estampa del modelo japonés parece no corresponder con las primeras impresiones de conducción.Atendiendo a lo que proyectan, pudiéramos pensar que el Lexus es mucho más deportivo que el BMW, pero no es así.
De hecho, hasta se cambian las tornas y si hay que calificar como tal a cualquiera de ellos, mejor sería hacerlo con el bávaro.
Por su parte, la pisada del Lexus RC 300h se preocupa más del confort. El paso por juntas de dilatación o por baches de pequeño recorrido está mejor filtrado, los traga con menor dureza y a la vez derivando mayor transferencia de pesos (balanceo) a la carrocería.
Esto no quiere decir que cuando haya que incrementar el ritmo defraude; tiene ese punto de agilidad y buen feeling (sobre todo en vías rápidas) que podemos esperar de esta categoría de automóviles.
Su disparidad de caracteres resulta más evidente en sus apuestas mecánicas. El BMW 420d Coupé adopta el típico motor turbodiésel de cuatro cilindros de la casa, aquí con unos 190 CV increíblemente pocos sedientos y bastante rápidos.
El equilibrio perfecto que logra entre prestaciones y eficiencia solo tiene un pero: la aspereza de funcionamiento y elevada sonoridad hasta que gana la temperatura adecuada.
La batalla de la velocidad máxima la da por perdida, muy inferior a su contrincante (ver ficha técnica) pero en aceleraciones cortas no solo mantiene el tipo, sino que ofrece una pegada más inmediata.
Además, su capacidad para marchar de forma únicamente eléctrica (activando el modo de circulación EV), durante no más de dos kilómetros y a poca velocidad, le permite acceder y aparcar en zonas de tráfico restringido. A la postre, en ciudad es un coche más agradable y eficiente de usar.
Aportando más datos sobre su rendimiento, a la hora de repostar es un cupé atípico; en entornos ciudadanos saca mucho provecho de su propulsión eléctrica y en carretera y autovía se mantiene en valores muy correctos, más cerca de los 7 l/100 km de consumo que de los 8.
Entretanto, el BMW es brillante, pues no pasa factura en la gasolinera (6,2 l/100 km), pese a lo mucho que corre. Para este modelo, y a tenor de lo bien que se entiende con la caja automática Steptronic, con convertidor de par de ocho relaciones, obviaría el cambio manual, algo más barato y también disponible en catálogo.
Por cierto, el cambio E-CVT del nipón, una especie de variador continuo de velocidad con engranajes planetarios, está lejos de la deportividad que vende la figura exterior: ni en modo manual ni en automático consigue la naturalidad y efectividad del de BMW. Es más, la elevada sensación de patinar el embrague al pisar a fondo el acelerador termina mermando el ímpetu deportivo de cualquier conductor.
De partida, los precios de tarifa son similares. Ligeramente más alto el BMW 420d Coupé, a la venta desde 46.526 euros con cambio automático deportivo, su configuración de serie es menos ambiciosa y como siempre deja para el extenso catálogo opcional la posibilidad de ampliar la dotación hasta incrementar sobremanera la factura definitiva.
La sugerente estampa del RC es inevitablemente más llamativa que la del Serie 4. Ahora bien, el tacto deportivo, desde un buen equilibrio, corresponde al modelo bávaro. Ambos motores, con sus diferencias, me han parecido muy recomendables.
Texto: Juan Pablo Esteban.
Fotos: Paloma Soria.
BMW 420d Coupé | Lexus RC 300h | |
Imagen | 4 | 5 |
Acabados | 5 | 4 |
Puesto de conducción | 5 | 4 |
Habitabilidad | 3 | 3 |
Maletero | 3 | 3 |
Motor | 4 | 4 |
Recuperación | 4 | 3 |
Prestaciones | 5 | 3 |
Dirección | 5 | 4 |
Caja de cambios | 5 | 3 |
Frenos | 4 | 4 |
Estabilidad | 4 | 5 |
Consumo | 4 | 5 |
*5 es lo máximo, 1 lo mínimo
|
Motor térmico | Gasolina, 4 cilindros en línea, atmosférico |
Cilindrada | 2.494 cm3 |
Potencia | 181 CV a 6.000 rpm |
Par | 221 Nm entre 4.200 y 5.400 rpm |
Motor eléctrico | Síncrono de imán permanente |
Potencia | 143 CV |
Par máximo | 300 Nm |
Motor híbrido | Sistema híbrido eléctrico-gasolina |
Potencia combinada | 223 CV |
Par máximo combinado | N.D. |
Velocidad máxima | 190 km/h |
Aceleración | 8,6 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 4,9 l/100 km (urbano) |
Medidas (L/An/Al) | 4.695 / 1.840 / 1.395 mm |
Neumáticos | 225 / 45 R 18 |
Peso en vacío | 1.736 kg |
Maletero | 340 l |
Precio base | 45.900 euros |
DE SERIE. Asistente al arranque en pendientes; control dinámico de la conducción Driving Experience Control; sistema de monitorización de presión de neumáticos; cambio automático Steptronic Sport con levas; control de velocidad de crucero; sistema de parada y arranque automáticos del motor Auto Start Stop; faros y pilotos de LED; sensores de lluvia e iluminación; llantas de aleación de 17 pulgadas; climatizador bizona; arranque por botón; ordenador de a bordo; radio BMW Professional con pantalla de 6,5 pulgadas; lector de CD MP3; puerto USB; Bluetooth.
OPCIONAL. Pintura metalizada Alpinweiss (sin coste); tapicería de cuero Dakota Schwarz (1.868 euros); acabado M Sport: incluye paquete deportivo M, dirección y suspensión deportiva, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, navegador Business, instrumentación con contenido ampliado (5.500 euros); asientos delanteros eléctricos con memoria (1.253 euros) y calefactados (421 euros); faros LED adaptativos (1.355 euros); sistema de navegación Professional con pantalla táctil de 8,8 pulgadas (2.562 euros); Head-up Display (945 euros); llantas M de 19 pulgadas (1.310 euros); cámara trasera (478 euros); acceso confort (672 euros).
DE SERIE. Control de tracción TRC; asistente en frenadas de emergencia BAS; control de estabilidad VSC; asistente al arranque en pendientes HAC; sistema de monitorización de presión de los neumáticos; control de velocidad de crucero; control dinámico de la conducción; faros y pilotos de LED; llantas de aleación de 18 pulgadas; retrovisores exteriores calefactados y con plegado eléctrico; cámara trasera de asistencia al aparcamiento; climatizador automático bizona; acceso y arranque sin llave Smart Entry; asientos delanteros con reglaje eléctrico y calefacción; sistema de infoentretenimiento Lexus Media Display con pantalla de 7,0 pulgadas; equipo de sonido con lector de CD MP3, 6 altavoces, Bluetooth, dos puertos USB y conexión auxiliar; volante multifunción con levas para el cambio.
OPCIONAL. Pintura metalizada (1.100 euros), techo solar eléctrico (1.300 euros) y sistema de navegación Navibox (850 euros).