La AMB (Área Metropolitana de Barcelona) junto con la Consejería de Territorio de Generalitat de Cataluña, ya cuentan con una normativa por la alejarán de la ciudad condal y algunas de sus localidades limítrofes los vehículos más contaminantes. Entrará en vigor el próximo 1 de enero, pero, visto lo visto, parece que no es suficiente para rebajar los niveles de contaminación y se están planteando la puesta en vigor de un peaje para acceder a esta zona, tal y como sucede en Londres (y como tantas consultoras han recomendado en los últimos años).
Por el momento solo es una idea que está encima de la mesa, según indica la Vanguardia, y no se ha tomado ninguna decisión al respecto. Pero toma fuerza la idea aunque su entrada en vigor no sería inminente. Una de las dudas planteadas es el modo en el que se cobraría y los vehículos que se verían afectados.
Por lo pronto, lo que ha trascendido, es que solo se aplicaría en los días laborales durante la jornada laboral, es decir, entre las 7:00 de la mañana y las 22:00 horas.
Las dudas están en el modo de cobro. Las primeras cifras que se barajan son una tarifa fija de entre 40 y 110 euros al año dependiendo del tipo de vehículo que se emplee, con importantes diferencias entre turismos, comerciales y camiones.
Sin embargo, el sistema se encaminaría a un cobro por uso de manera que los turismos tendrían que pagar 1 céntimo por kilómetro (también se barajan 3 céntimos) mientras que los vehículos pesados subirían esta coste a los 5 céntimos por kilómetro (otros hablan de 14). Aunque también hay voces que señalan que esta cantidad debería ser variable considerando cuestiones como el tráfico de cada momento (más caro en hora punta).
Otra de las incógnitas a despejar estaría en el modo de cobro. Si fuera mediante una tarifa plana se haría un ingreso anual o mensual. Aunque la intención de cobrar por uso lo complicaría todo pues se tendrían en cuenta las variables del recorrido realizado y las condiciones del tráfico. Por ello, sería necesario instalar un GPS o localizadores en los vehículos, con el correspondiente coste adicional.
Y, finalmente, habría que encontrar la manera de informar en todo momento al usuario sobre la tarifa que se está aplicando, algo que podría ser mediante una aplicación de móvil o por el propio dispositivo electrónico.
Por el momento solo se trata de una idea que se tiene que desarrollar aunque hay quien ya se aventura a indicar el beneficio económico que este peaje traería para Barcelona y su área de influencia, más allá de la reducción de la contaminación. Se baraja una cifra de 350 millones de euros para las arcas municipales.
Llegado a este punto cabe recordar que Barcelona, como Madrid y otras ciudades del país, durante muchos años ha incumplido la normativa europea de descarbonización del aire por la que pretende reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, de dióxido de azufre, amoníaco, compuestos orgánicos volátiles de metánicos y particular finas.
La llegada de Madrid Central frenó la denuncia por parte de Bruselas, aunque finalmente la impuso ante las dudas sobre el futuro de este área de bajas emisiones de la capital… y a que exigen más medidas adicionales.
Son muchas las ciudades que han impuesto medidas similares y otras tantas que las están estudiando ya aunque, por el momento, ninguna se ha planteado el cobro por acceder a una zona concreta como está haciendo Barcelona.