Ya están instalados los nuevos semáforos que regularán el tráfico en la A-5 de Madrid, también conocida como el paseo de Extremadura. Es una decisión que han tomado desde el Ejecutivo madrileño, para satisfacer las necesidades de los vecinos de la zona. Durante años, las asociaciones de vecinos, que residen en las viviendas más próximas a la carretera, han solicitado que fuese una vía urbana. Sobre todo, a causa de los ruidos derivados del tráfico constante, al humo y a la contaminación.
Sin embargo, para entender la controversia que ha generado esta instalación de semáforos, es importante destacar que hablamos de una vía principal, ya que conecta las ciudades del sur (Móstoles, Alcorcón, Leganés, Fuenlabrada, etc.) con la M-30 y otras vías de acceso a la capital. Es decir que, por norma general, es una vía que presenta numerosas retenciones los días laborales y la presencia de semáforos acabará perjudicando miles de desplazamientos, ralentizando aun más la circulación.
11 kilómetros de vía urbana
Como revela El País, el Ayuntamiento de Madrid está decidido a imponer sus medidas sobre la A-5. En poco tiempo, pretenden que se convierta en la “Avenida de Extremadura”, estableciendo un tramo de 11 kilómetros como vía urbana. Esta iniciativa no solo se basa en instalar semáforos en ambos sentidos de la circulación, también se reducirá el límite máximo de velocidad a 50 km/h (cuando hasta ahora ha sido de 70 km/h) y el tráfico estará más controlado gracias a un nuevo radar de tramo.
Asimismo, según informan desde el Consistorio, se construirá una conexión directa con la Avenida de los Poblados en sentido de entrada. A la vez, pretenden dedicar un carril de la A-5 a carril bus, para favorecer el uso del transporte público. Algo que, por cierto, también podría provocar más retenciones, ya que los turismos tendrían menos carriles para circular.
Son iniciativas que pretenden llevar a cabo entre lo que queda del 2018 y el 2019. Pero, para hacerlo no han consultado a los representantes de las ciudades del sur de Madrid, algo que ha desatado la polémica.
Dispuestos a debatir
Lo cierto es que este proyecto, vinculado a la A-5, está generando una gran controversia, pero también fuertes alianzas. Prácticamente todos los alcaldes de los municipios afectados están de acuerdo en que esta iniciativa traerá más inconvenientes que ventajas. Es más, basan sus argumentos en los diferentes estudios de movilidad que prevén un aumento del 350 % en las retenciones.
Aseguran que esto afectará a más de 125.000 vehículos cada día, por lo que las consecuencias podrían ser muy graves. Según el regidor de Alcorcón, David Pérez, todos los cambios “van a afectar muy negativamente; provocarán grandes retenciones y causarán más problemas de contaminación de los que se van a resolver”. Algo que comparte el alcalde de Arroyomolinos, quien cree que todos los alcaldes deben unir esfuerzos y presionar para que estas modificaciones no se produzcan. Eso sin contar con que consideran que dejan a sus habitantes sin opciones viables, pues segñun expresa José Luis Adell, alcalde de Navalcarnero, “antes de poner semáforos se debe hacer una solución integral al transporte”.