La familia Q7 cuenta con un nuevo miembro, conocido como Audi SQ7 TDI. Pero no es simplemente un automóvil más, es un modelo que atesora importantes modificaciones que marcarán el futuro de los propulsores alimentados por gasóleo.
El nuevo SQ7 TDI se basa en un propulsor de ocho cilindros en V y 3.956 cm3, alimentado por dos turbocompresores y un compresor, que desarrolla 435 CV y un par motor de 900 Nm, entre 1.000 y 3.250 rpm. La mayor diferencia mecánica con lo que se conoce hasta ahora, es que el compresor cuenta con accionamiento eléctrico y está alimentado por una red secundaria de 48V. En su funcionamiento, los dos turbos son activados de forma secuencial, es decir, el primero funciona a bajo y medio régimen y, el segundo, a altas revoluciones. Mientras tanto, el compresor apoya el trabajo de ambos, principalmente, en la zona baja del cuentarrevoluciones, para ofrecer una respuesta más contundente desde el ralentí. También consigue eliminar el efecto denominado “turbo lag”, apreciable, sobre todo, en el retraso en la entrega de potencia, cuando se levanta el pie del acelerador, por ejemplo, ante un imprevisto y se vuelve a acelerar inmediatamente.
Además, del nuevo compresor con accionamiento eléctrico “EPC” (Electric powered compressor), el nuevo Audi SQ7 TDI también incluye, por primera vez en una mecánica diésel de la firma de los cuatro aros, el sistema de distribución variable Audi valvelift system “AVS”. Este dispositivo, mediante el control variable de las válvulas, ofrece una activación más rápida de los turbocompresores y logra mejorar el rendimiento en todo el rango de revoluciones.
El propulsor dispone de un sistema de inyección directa por conducto común (common rail) que genera un presión de 2.500 bares. Por su parte, el cigüeñal y los árboles de levas reciben un tratamiento especial que reduce la fricción. Asimismo, incorpora un catalizador de oxidación selectiva “SCR” (Selective Catalytic Reduction), integrado en el filtro de partículas, para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno. El sistema de escape recurre a un actuador que amplifica el sonido del motor de ocho cilindros en V.
La velocidad máxima está limitada, electrónicamente, a 250 km/h y para acelerar de 0 a 100 se necesitan 4,8 segundos.
Opcionalmente, el cliente podrá decantarse por un paquete deportivo, opcional, que incluirá tres dispositivos que mejoran la dinámica de conducción: diferencial deportivo, barras estabilizadoras activas y un sistema de dirección a la cuatro ruedas. También dispondrá de un sistema de suspensión pilotada, con una unidad de control capaz de variar el tarado de los amortiguadores y muelles neumáticos y ejercer el control del diferencial deportivo y las estabilizadoras activas.
El cliente podrá configurar el habitáculo con cinco o siete plazas. A su vez, el cuadro de instrumentos “Audi virtual cockpit” también estará disponible, previo pago.
Entre los numerosos sistemas electrónicos de ayuda a la conducción que ofrecerá, unos veinticuatro, en total, cabe destacar el control de la velocidad de crucero adaptativo “ACC” con asistente de conducción en atascos, que funciona hasta los 65 km/h, o el sistema de frenada de emergencia “Audi pre sense city” con detección de peatones.
Los concesionarios europeos empezarán a admitir pedidos en primavera. A falta de la confirmación oficial de precios para el mercado español, podemos adelantarles que, en Alemania, el precio base arrancará en los 89.900 €.
Estamos deseando ponernos al volante, para contarles más detalles de este llamativo automóvil. Les mantendremos informados.
Texto FRANCISCO FERNÁNDEZ