La tendencia actual de desarrollar motores de baja cilindrada y turboalimentados podría llegar también a superdeportivos como el Audi R8. La publicación “Autocar” adelanta que el modelo alemán incorporará un nuevo propulsor V6 de acceso, que se situaría por debajo de los dos V10, de aspiración atmosférica, que actualmente conforman la gama. El objetivo es lograr una versión lo más respetuosa posible con el medio ambiente sin echar por tierra las prestaciones. Como solemos decir, la ecología manda…
Esta mecánica, de 2,9 litros y con dos turbocompresores, procedería del nuevo Porsche Panamera, de tal forma que los costes serían muchísimo más bajos, si se tuviese que partir de cero en el desarrollo de la misma. En la berlina, desarrolla 440 CV y 550 Nm de par máximo, entre 1.750 y 5.500 vueltas. Con ella, el germano acelera de 0 a 100 km/h en solo 4,4 segundos y consume 8,1 litros cada 100 kilómetros en ciclo mixto homologado.
La segunda generación del Audi R8 se ofrece con dos variantes: “V10” y “V10 plus”. Ambas comparten un bloque de 5,2 litros y 10 cilindros en V que desarrolla 540 CV en la primera y 610 en la segunda. Independientemente del elegido, la transmisión es la automatizada de doble embrague “S tronic“, con 7 velocidades, y la tracción, total permanente “quattro“.
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