No todo pueden ser triunfos y éxitos comerciales en las marcas. El Audi R8 e-tron representa un pequeño fracaso para la marca alemana, ya que se ha detenido su producción, debido a las bajas ventas, menos de 100 unidades, que ha cosechado hasta la fecha. Este superdeportivo ecológico empleaba dos propulsores eléctricos, que entregaban 462 CV y 920 Nm en conjunto. Si piensas que la autonomía era muy baja, puede que te sorprenda que anunciaba 450 kilómetros homologados sin necesidad de recargar la batería. Igualmente, las prestaciones eran destacables, pues completaba la aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 3,9 segundos y alcanzaba con relativa facilidad los 250 km/h, velocidad máxima limitada electrónicamente.
El coche llevaba en el mercado desde el año pasado, si bien se trataba de un proyecto con una trayectoria más dilatada, como lo demuestran los primeros bocetos mostrados en 2010. Muy probablemente, la razón de su baja demanda se ha debido al elevado precio de cada unidad, en torno al millón de euros. Esta descomunal inversión no venía unida a un uso lógico del coche. Es decir, el Audi R8 e-tron no permitía largos desplazamientos, algo básico para disfrutar al máximo de él. Queda, pues, como recuerdo de algo que, finalmente, no pudo ser.
La segunda generación del Audi R8 se desdobla en dos versiones con un mismo motor, el atmosférico 5.2 FSI, con 10 cilindros en V. En la variante “V10“, la mecánica declara 540 CV, mientras que, en la “V10 plus“, la potencia llega a 610 CV. Ambas trabajan con la transmisión automatizada de doble embrague “S tronic“, de 7 velocidades, y el sistema de tracción total “quattro“. En un futuro, podríamos ver un Audi R8 V6. Se trataría de un bloque biturbo, de 2,9 litros y 440 CV, tomado del Porsche Panamera. Seguro que tendría buena aceptación y serviría para olvidar el e-tron…