La marca alemana presta un especial cuidado a cada uno de los detalles de su vehículo en su búsqueda de la cúspide del segmento “Premium”.
Uno de los elementos que más importancia ha adquirido en los últimos tiempos es el sonido, al que dan una especial atención desde el inicio del diseño del coche.
Cuando uno entra en un vehículo intervienen un gran número de sensaciones que han de convencer al posible comprador para el posterior disfrute en la conducción. Una de las más apreciadas por los seguidores de la velocidad y el segmento Premium es el sonido racing que genera. En Audi, sin descuidar las normativas sobre acústica, han puesto un especial énfasis en la transmisión del rugido del propulsor al conductor.
Para ello el sonido es uno de los elementos que se tienen en cuenta desde el mismo momento en el que se inicia el diseño del vehículo. Esto lo han conseguido con todos y cada uno de sus motores, aunque desde la propia compañía destacan el cinco cilindros, por la complejidad de su estructura interna y por el sonido especial que emite. En el Audi RS3 los ruidos armónicos generan tres frecuencias de intensidad muy notables.
Al mismo tiempo, existe un gran trabajo para eliminar, en la medida de lo posible, los ruidos secundarios, como es el ruido del alternador, que perturban el disfrute del ruido del motor.
El sistema de admisión y escape cuenta con un diseño específico, de forma que se elimina o se realzan ciertas frecuencias, a través de la configuración de los diámetros de las canalizaciones y los silenciadores utilizados.
El resultado es que hay determinados vehículos de la firma de los cuatro aros que se podrían reconocer sobre la competencia con los ojos cerrados.