El atropello de un coche autónomo de Uber en la ciudad de Tempe (Arizona, Estados Unidos) ocurrió durante la noche del domingo: continúan las investigaciones para conocer los detalles de lo sucedido.
El vehículo sin conductor arrolló a una mujer cuando ésta cruzó una calle de forma indebida. Según detalló la policía local en un comunicado a principios de semana; “el vehículo se dirigía hacia el norte cuando una mujer que marchaba fuera del paso de peatones cruzó la calzada de oeste a este y fue arrollada por el vehículo de Uber”.
Así, tal y como señaló la Policía, la víctima, identificada como E. Herzberg de 49 años, fue trasladada a un hospital cercano inmediatamente, pero murió a causa de sus heridas. Ahora, gracias a la investigación exhaustiva que están realizando las autoridades norteamericanas, han salido a la luz nuevas informaciones sobre el incidente, que tratan de esclarecer todos los detalles del primer atropello mortal relacionado con un coche autónomo.
La Policía local de Tempe ha publicado en sus redes sociales el vídeo que grabó el vehículo de Uber en el momento del accidente. En él, se ve a la víctima invadiendo el carril por el que circulaba el coche autopilotado, con una bicicleta en las manos.
Así, en el vídeo también se muestra el interior del vehículo, por lo que se puede ver quién era el supervisor y qué estaba haciendo momentos antes del impacto. Le han identificado como R. Vasquez, un hombre de 44 años que trabaja para Uber.
Determinar un culpable en un accidente de tráfico en el que están implicados los coches autónomos supone un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades americanas. Según Automotive News, el portavoz de la Policía local de Tempe ha asegurado que, una vez finalizada la investigación, el caso se trasladará a la Oficina del Fiscal del Condado de Maricopa para continuar con el proceso jurídico.
Sin embargo, a día de hoy, existen muchas opiniones en torno a quién es el culpable de este suceso. Por un lado, la jefe de Policía Sylvia Moir quiso aclarar que la víctima había realizado un giro demasiado brusco, por lo que sería “difícil evitar esta colisión en cualquier caso”.
Así, como explican en El Confidencial, basándose en las declaraciones de un experto en estos coches, Rubén Fidalgo, “en este caso todo dependerá de los contratos que hayan firmado con Uber, tanto la compañía que ha desarrollado el sistema que falló, si es que falló alguno, como el conductor de seguridad”. En cambio, como esta información es privada y existen vacíos legales que pueden tener diversas interpretaciones, todavía habrá que esperar para conocer a quién se considerará el responsable legal.
De cualquier forma, cabe destacar que Uber ha vuelto a enviar sus condolencias a la familia de Herzberg, asegurando que continuarán haciendo todo lo posible para facilitar el desarrollo de la investigación y colaborar con las fuerzas del orden.
Por su parte, desde Volvo han asegurado que la tecnología autónoma de su XC90 ( el vehículo del accidente) no ha tenido nada que ver. Uber es la empresa que ha desarrollado el software para este tipo de vehículos.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos tampoco ha querido buscar culpables. Sus expertos lo único que han comunicado es la velocidad a la que circulaba el coche autónomo cuando se produjo el impacto: 65km/h.
Tras los hechos, Uber ha decidido retirar sus vehículos autónomos de las carreteras del estado de Arizona, así como de las calles de San Francisco (California) y de Pittsburgh (Pensilvania), en Estados Unidos, y de Toronto (Canadá). Un ejemplo que ha seguido Toyota, retirando todos sus coches autónomos de las carreteras públicas estadounidenses hasta estar seguros de que sus vehículos son fiables.
Hace más de un año, la empresa experta en movilidad reanudó las pruebas de sus vehículos autónomos en estas localidades y en el estado del sur de EE.UU., después de ser suspendidas previamente por otro accidente ocurrido también en Arizona y en el que estuvo involucrado otro de sus automóviles, que chocó con un vehículo.
Ya entonces surgieron dudas sobre si los sensores y las cámaras en la parte delantera del coche autónomo debían tener una reacción más rápida, con el fin de detectar y reaccionar a los movimientos del otro automóvil involucrado en el suceso.
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En Tempe y Scottsdale, los clientes de Uber tienen la opción de escoger un Volvo XC90 autónomo para sus traslados, pero, debido a que el programa sigue en su fase de prueba, empleados de la compañía viajan en la parte delantera.
Al parecer, también son frecuentes los casos en los que los coches autónomos de Uber se saltan semáforos en rojo, recoge La Vanguardia.
Fuente: Público