Ya conocíamos un Aston Martin V12 Vantage S, probablemente el último grito y oda al V12 en un deportivo de pequeño tamaño. Pero nunca había sido tan puro. Me refiero a la nueva transmisión manual de siete relaciones que desde ahora forma parte del equipo opcional. Y no es una transmisión cualquiera, sino que se acerca a las soluciones de la competición todavía con tres pedales.
Aston Martin no ha perdido la oportunidad de emplear un cambio con soluciones propias de competición. Lo más clásico y destacable es su configuración de siete marchas con disposición de tipo “dog-leg” de la primera velocidad. Es decir, se engrana hacia abajo, dejando la segunda en el lugar habitual de la tercera y la tercera en el habitual de la cuarta. De este modo las marchas más utilizadas están siempre a mano y permiten un cambio más rápido.
Pero no todo se centra en este toque clásico. Con el sistema denominado “AMSHIFT” es capaz de emular la técnica del doble embrague de forma completamente electrónica. A través de varios sensores, el coche ajusta las revoluciones en reducciones para evitar tirones o bloqueos indeseados. Este sistema hace también lo contrario, nos permite seguir pisando a fondo el pedal del acelerador mientras cambiamos de marcha, evitando interrupciones. Si el cliente lo desea se puede desconectar.
No obstante, lo más impresionante de este Aston Martin V12 Vantage S no es su nueva caja de cambios manual, sino lo que se esconde bajo el capó. El bloque atmosférico V12 de 6,0 litros genera 573 CV de potencia y 620 Nm de par máximo. Con él es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos, mientras que la velocidad punta se eleva hasta los 330 km/h.
El Aston Martin V12 Vantage S con cambio manual no incorpora novedades más allá de su transmisión, con un aspecto idéntico al Vantage con motor V12 que conocíamos hasta ahora. La comercialización arrancará en el tercer trimestre de este mismo año y el mercado americano se llevará únicamente 100 unidades.