Aston Martin ha aprovechado el Salón de Ginebra para presentar su nueva división AMR. A modo de submarca, pretende conectar la competición con los vehículos de calle, un nexo que se hace más fuerte que nunca y que, por el momento, disfruta de dos modelos.
Nadie puede negar la dilatada experiencia de Aston Martin en la competición, empezando por su presencia en las 24 horas de Le Mans, donde ha conseguido numerosas victorias. El Mundial de Resistencia parece haberse convertido en su territorio con el Vantage GTE.
Aston Martin Racing es la artífice de semejantes resultados, y la que da nombre a esta división de muy altas prestaciones. Su intención no es otra que traer al cliente de un coche de calle todo el sabor de la competición.
Una de las primeras víctimas, como no podía ser de otra manera, es el Vantage Pro AMR, un deportivo que ya cuenta con pedigrí en sus carnes. Esta versión exclusiva de AMR estrena mejoras aerodinámicas, como nuevos elementos en los paragolpes, usando el mismo capó y alerón trasero que los modelos de competición.
Ocurre lo mismo en el habitáculo, cargado de guiños a las carreras, como los asientos deportivos de tipo backet, el forro en Alcantara para la tapicería o la jaula antivuelco.
Y esto tiene una razón clara, sus prestaciones. El V8, derivado de la competición, genera ahora 507 CV de potencia, a lo que hay que sumar un nuevo tarado de la suspensión (ajustable), una nueva transmisión o nuevos niveles de adherencia gracias a los neumáticos de altas prestaciones homologados para calle Michelin Pilot Sport Cup 2.
Sorprende que una de las berlinas más rápidas del planeta disfrute también del radical tratamiento AMR. Sobre la base de una berlina, el departamento modifica la aerodinámica, generando además una sensación visual mucho más agresiva.
Contrariamente a lo que podríamos pensar, el habitáculo se deja también a los cambios, de nuevo inspirados en la competición. Así, los asientos deportivos de tipo backet no solo llegan a la fila delantera, también a la trasera.
En cuanto a su mecánica, el Aston Martin Rapide AMR emplea un motor V12 atmosférico de más de 600 CV para superar con garantías los 300 km/h. Se han realizado ajustes específicos en la suspensión, los frenos o el escape, de modo que todo el conjunto trabaja al unísono para generar las sensaciones que AMR busca.