Si habláramos de ajedrez, diríamos que es “jaque mate”. Si lo hiciéramos de boxeo, elegiríamos el término “K.O.”. En definitiva, la decisión de elegir mecánicas biturbo para motorizar a los nuevos Porsche 911 Carrera y Carrera S es, a priori, una decisión acertada. Y decimos en principio porque, a falta de conducirlos, todas las mejoras introducidas en el deportivo alemán mejoran, considerablemente, a este auténtico icono de la automoción.
El capítulo mecánico es uno de los focos de atención del nuevo modelo, tal y como pudimos comprobar en una interesante jornada técnica, en las instalaciones del circuito alemán de Hockenheim. En el aula dedicada a los motores, los ingenieros germanos desvelaron los secretos de los nuevos propulsores. En ambos casos, parten de un bloque de gasolina con 3,0 litros de cilindrada, seis cilindros bóxer y dos turbocompresores. Una novedad técnica interesante es que los inyectores están ubicados en el centro de la cámara de combustión, aumentando el rendimiento del mismo. Así las cosas, el Carrera pasa a desarrollar 370 CV a 6.500 rpm, y el Carrera S, 420 CV al mismo régimen. Asimismo, el par motor también crece, concretamente, 60 Nm en ambas mecánicas, para alcanzar 450 y 500 Nm, respectivamente. Todo, rematado con un nuevo umbral de revoluciones del motor, que escala hasta las 7.500 vueltas.
El poderío mecánico exhibido no está reñido con un incremento de la eficiencia. De este modo, el 911 Carrera, asociado a la transmisión automatizada de doble embrague “PDK”, se conforma con 7,4 litros cada 100 kilómetros, 0,8 litros menos que la anterior generación. En el caso del Carrera S, con idéntico cambio, el gasto de carburante, en ciclo mixto, se rebaja hasta los 7,7 litros, justo 1,0 litros menos. Por supuesto, el cliente podrá elegir entre una caja manual de siete marchas o la mencionada PDK, así como entre versiones con propulsión trasera o integral, en este caso, bajo los apelativos de Carrera 4 y Carrera S 4.
El apartado de las prestaciones también presenta mejoras. De hecho, el 911 Carrera, con cambio automatizado y paquete “Sport Chrono”, acelera de 0 a 100 en 3,9 segundos y la velocidad máxima llega a 295 km/h. En el caso del Carrera S, este último dato alcanza los 308.
Otra de las grandes novedades la encontramos en la nueva suspensión adaptativa “PASM” (Porsche Active Suspension Management), que ahora pertenece a la dotación de serie y rebaja la altura del vehículo al suelo en 10 milímetros. También son de estreno los amortiguadores, que refuerzan la comodidad en el uso diario y la precisión en conducción deportiva. Las llantas de aleación, de cinco radios dobles, también son primicia y, en el caso de las traseras, aumentan la garganta hasta las 11,5 pulgadas. Al margen de este detalle, ahora, todos los Carrera S podrán incluir, de forma opcional, un sistema de dirección en el eje trasero, como el que ya estaba disponible para los 911 Turbo y 911 GT3. Como detalle curioso, se ofrece, opcionalmente, un sistema hidráulico, integrado en los amortiguadores delanteros, que permite elevar el morro del vehículo 40 milímetros, para salvar una rampa de garaje o un badén.
En otra de las aulas del taller, pudimos constatar las mejoras en materia de conectividad y en los sistemas de infoentrenimiento, que ahora forman parte de la dotación de fábrica. El más significativo es el sistema de navegación “PCM” (Porsche Communication Management System), que incluye una pantalla táctil de 7,0 pulgadas y control por voz. Admite reconocimiento gestual, además de admitir la introducción de datos mediante escritura, tal y como ya ofrecen algunos de sus rivales alemanes. Y para los clientes con un teléfono inteligente Apple iPhone, el PCM incluye la aplicación específica “Apple CarPlay”, que permite disfrutar de todas las aplicaciones del móvil a través de la pantalla del vehículo. Por ejemplo, se puede configurar una ruta en el móvil o en una tableta, y transmitirla al sistema de navegación, de forma instantánea.
No menos sorprendente resulta la nueva configuración del paquete Sport Chrono, que adopta un selector giratorio, ubicado en uno de los brazos del volante multifunción, de diseño similar al empleado por el 918 Spyder. Gracias a este mando, el conductor puede seleccionar cualquiera de los cuatro modos de conducción predeterminados: “Normal”, “Sport”, “Sport Plus” e “Individual”. Aquellos que opten por la caja PDK, disfrutarán de un quinto programa, denominado “Sport Response Button”, configurado para entregar la aceleración máxima disponible durante 20 segundos. En cualquier caso, cada una de estas modalidades de conducción modifica el funcionamiento de la suspensión, los tacos dinámicos del motor, la gestión de la transmisión PDK y el sonido del sistema de escape. Unas cualidades esenciales para rodar rápido, tal y como tuvimos ocasión de comprobar, como copilotos de los instructores de la marca, durante varias vueltas al mencionado trazado de Hockenheim. En cada uno de los giros, pudimos comprobar el dinamismo del vehículo en los distintos modos de conducción, así como la solvencia del sistema de tracción integral “PTM” (Porsche Traction Management).
En definitiva, un icono que vuelve a sorprendernos, gracias a la capacidad de reinventarse y responder a las necesidades de un cliente más tecnológico y exigente. En breve, tendremos la oportunidad de conducirlo durante la presentación internacional a los medios y podremos corroborar el buen sabor de boca que nos ha dejado el nuevo icono de Porsche. Hasta entonces, les anunciamos que el precio de partida de la gama es de 107.653 €.
Para finalizar, aquí se puede ver el último anuncio del Porsche 911 Carrera…