La cuantía de todas las multas asciende a 8.000 euros.
Curioso caso el de una mujer que durante dos años infringió los límites de velocidad de las carreteras catalanas y nunca pagó ni una sola multa. Dicen que los radares son infalibles, pero esta conductora ideó una sencilla estratagema para burlarlos. Y lo consiguió durante un largo periodo de tiempo. Hasta que los Mossos d’ Esquadra han descubierto su estafa hace unos días.
La mujer, de mediana edad y residente en Girona, ya ha sido denunciada por un presunto delito de falsificación de documento público y podría enfrentarse a una pena de prisión de entre 6 meses y 3 años de cárcel. Al parecer, falsificó la placa de matrícula de su coche, sólo en un dígito, para que correspondiese con la de un vehículo dado de baja en 2001. Así, las multas por exceso de velocidad detectadas por la cámara del radar se atribuían a este vehículo.
Indetectable durante 2 años
La investigación comenzó hace unos meses tras sospechar que un vehículo dado de baja en 2001 acumulaba decenas de multas por saltarse los límites de velocidad. Fue esa extraña reincidencia del vehículo, que además no debería estar circulando, la que alertó inmediatamente a los investigadores. Hasta que descubrieron que la placa de matrícula estaba falsificada, con un sólo número: del 9 real se pasó al 7, según informa El Español.
El vehículo, un Mercedes-Benz azul, no se correspondía con la marca y modelo de la matrícula del vehículo multado. Así que los Mossos sólo tenían que rastrear y dar con el número de chasis del vehículo para identificar a su propietario. No fue tarea fácil y tardaron hasta dos meses en conocer a la dueña. El juzgado de Guardia de Granollers, Barcelona, se ha hecho cargo de la instrucción de este caso.
Deberá pagar todas ellas
Además de enfrentarse a una posible pena de cárcel, la mujer tendrá que hacer frente al pago de 8.000 euros, el valor acumulado de todas las multas por exceso de velocidad que le pusieron los radares. Además, la investigación también destapó su modus operandi para sustituir una matrícula por otra y evitar así que la descubriesen.
En las imágenes tomadas por los radares, los agentes advirtieron en la placa dos tornillos de color negro, que no suelen estar situados en el centro de una placa de matrícula estándar. Tornillos que facilitaban el cambio rápido de una placa por otra. Así, colocaba la matrícula falsa para circular por la carretera, mientras que estacionado en casa tenía puesta la placa original, por lo que pudiera pasar, informa el mismo diario. Además de las responsabilidades penales, el coche, acabará, muy probablemente, en el desguace.