Seguro que todos sabemos lo que es un “Escarabajo” o un “Tiburón”, pero la cosa se complica si pensamos en “La Sardina”, el “Lola Flores” o “la Pera”. A continuación os damos un listado con los mejores apodos de coches de la historia. Incluimos alguno que se ha usado en más de una ocasión, como “huevo”, que lo mismo describe al Isetta como al Renault Twingo.
En total, hemos reunido una buena colección de apodos, pero la historia del automóvil ha dejado un sinnúmero de motes que me apuesto algo a que a muchos os traen recuerdos de juventud. Los hay divertidos, guasones, incluso hirientes, pero todos tienen su particular hueco en la historia, junto a los coches que los lucieron con más o menos orgullo. Te ponemos a prueba: ¿sabes a qué coche pertenece cada apodo y cada mote?
Aplicado al Renault 4L, es uno de los más conocidos. Se decía que el coche eran “4 Latas”.
Capaz de ir cargada hasta arriba sin rechistar, la Citroën C15 fue equiparada al animal por su resistencia.
Así se llamaba al Ford C fabricado en España en el periodo de entreguerras. Sus formas recordaban a algunos a las de una cuba. También se le llamó “Forito”.
El mítico Mercedes-Benz 300 SL es mundialmente conocido por la particular forma de apertura de sus puertas.
Sobrenombre recibido por el Renault Supercinco GT Turbo. Hace referencia al soplo del turbo.
El mítico SEAT 600 recibió infinidad de apelativos cariñosos, aunque posiblemente este y el de “Seílla” hayan sido los más comunes.
Un Hispano-Suiza Alfonso XIII de 1914 con formas muy afiladas y carrocería aluminio, el mote estaba servido.
Camión Pegaso de 1952 que no llegó a tener denominación oficial. Ni falta que hizo, recibió este apodo por sus formas y así se le conoce desde entonces.
Se denominó así al Citroën 2CV Furgoneta, sin que se sepa muy bien de dónde proviene el mote.
La pieza de plástico que adornaba el frontal de los SEAT 1200/1430 Sport dio sobrenombre al modelo. Incluso hubo una versión sobre el Ibiza IV con esa denominación como homenaje.
Mote entre despectivo y cariñoso del Talbot Horizon que destaca lo poco refinado de su planteamiento. También está relacionado con su uso por parte de la policía, que llevaba dentro a los ‘chorizos’ detenidos.
Aunque en cada país se le conoce de una manera, en España se le tradujo literalmente desde “Beetle”. Fue Käfer en Alemania, Maggiolino en Italia, Buba en Yugoslavia, Fusca en Brasil, Kever en Holanda o Coccinelle en Francia.
Las peculiares formas del Renault 14 se consideraron parecidas a dicha fruta.
Eran los coches de gran tamaño en los 50 y los 60. Se decía con sorna que el comprador había pedido en el concesionario el más grande “que haiga”. O por el contrario, un coche en el que entrara “todo lo que haiga falta”.
Por más que se le denominara inicialmente como “la Diosa”, el Citroën ID/DS siempre será mundialmente conocido como “Tiburón”.
En España se apodó así al Biscúter por sus formas planas. También se conocía por ese mote al Jaguar E-Type descapotable, e incluso al XK de 1996.
Contracción de mil quinientos, era el apelativo cariñoso del SEAT 1500.
La capacidad del Citroën 2CV de pasar por cualquier sitio le valió este sobrenombre entre otros muchos.
De nuevo se buscó un parecido razonable, en este caso para el frontal de los Citroën Tracción Avant.
Aunque se le suele atribuir a los primeros SEAT 600, se aplicaba a cualquier coche con apertura de tipo suicida en las puertas.
El ISO/BMW Isetta fue el primer coche en ser denominado así por su parecido más que razonable.
El ISO/BMW Isetta no fue el único huevo, años después, el Renault Twingo sería llamado así también.
El sonido del motor diésel del Mercedes 170 D parecía imitar a las castañuelas de la famosa folclórica española.
Tras la llegada de las míticas furgonetas alemanas DKW, se apodaba así a cualquier vehículo del ramo.
Se llamaba así al SEAT 850 Coupé y Sport Coupé acusando a sus dueños de presumidos, ya que de ellos salía siempre un ‘fantasma’.
La saga de los 124/1430 recibió este sobrenombre por sus prestaciones, especialmente en aceleración al adelantar.
Las formas del frontal del Z-202/Z-203 le valieron este apodo al camión Pegaso.
Los aditamentos aerodinámicos de este BMW 3.0 CSL le asimilaban al coche de Batman, de ahí que haya pasado con ese mote a la historia.
La altura de la su cabina o la forma de subir a ella hicieron que a muchos el Renault Magnum les recordase al vehículo agrícola.
Anunciado como «Para 4 y con mucho nervio», el Simca 1000 fue inicialmente llamado «el filete del pobre», quedándose como «el Filete» después.
Sus controvertidas formas le valieron ese apelativo, surgido de una parte de la prensa. Consiguió al menos lo que pretendía: que se hablara de Alfa Romeo.
En un principio se usaba este mote solo para los familiares con laterales de madera, aunque luego quedó para todos.
Se comentaba que los dueños eran unos sobrados, por lo que se le llamó “El castillo”, pues en su interior habitaba un fantasma. Recordemos que en su momento también se aplicó este mote a los SEAT 850 Coupé y Sport Coupé.
Con más mala baba que otra cosa, al primer Hyundai Coupé se le conoció como “El Ferrari de los pobres”, pues era uno de los deportivos más asequibles que se podían encontrar. También se le denominó “El quiero y no puedo” por el mismo motivo.
Las andanzas del delincuente Juan José Moreno Cuenca “El Vaquilla” se produjeron con frecuencia a bordo de los 1430, de ahí que el sobrenombre trascendiera el personaje para aplicarse también al coche. Como curiosidad, se le llamaba “El Vaquilla” por su costumbre de embestir a todo el que se pusiera por delante.
En España se apodó así al Biscúter por sus formas planas. También se conocía por ese mote al Jaguar E-Type descapotable, e incluso al XK de 1996.
Otro mote que tiene su origen en los taxistas es el que recibieron los SEAT 1400. Se les picaban con mucha facilidad los manguitos de agua y aceite y goteaban líquidos allá donde aparcaban.