La Asociación Nacional de Empresas de Transporte en Autocares (Anetra) presiona al Gobierno para que apoye la propuesta de la Comisión Europea que pretende la liberalización del sector del autobús, tal como recoge El Confidencial.
Se trata de un proyecto que destapa un nuevo conflicto entre los pequeños y medianos empresarios del sector y el Ejecutivo. Y precisamente llega en un momento en el que los altos cargos políticos y el ministerio de Fomento intentan impedir la inminente sentencia del Tribunal Supremo que podría liberalizar el sector del transporte público y perjudicar la situación de miles de taxistas en nuestro país.
En este caso, los interesados recurrieron, en primer lugar, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para buscar aliados y exigir cambios que acaben con el monopolio de las concesiones relacionadas con este transporte. Después, llevaron su protesta al Congreso, aunque finalmente no consiguieron suficientes apoyos.
En cuanto a los autobuses, el Gobierno no considera que el sistema de concesiones sea inadecuado o injusto. Sostiene que todas ellas se someten a licitaciones y, por ello, el proceso es competitivo. En cambio, algunas compañías menos poderosas del sector del autobús interurbano no piensan lo mismo.
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De hecho, como expone este diario digital, llevaron su causa a los tribunales, explicando que los concursos de Fomento favorecían a las compañías que ya operaban esas concesiones de larga distancia, aunque lo único que consiguieron es que se celebraran licitaciones algo más abiertas.
El plan de la Comisión Europea para la liberalización del sector del autobús
Estas propuestas de Anetra se fundamentan en la iniciativa de Violeta Bulc, comisaria europea de Transporte, para aumentar la competencia en el mercado de autobuses interurbanos. El departamento de Bulc ha expuesto una modificación del reglamento que pretende instaurar la libre competencia en los trayectos con más de 100 km de distancia.
De este modo, permitirían que aquellas líneas que tengan más déficit sigan manteniendo los monopolios y las subvenciones actuales. Pero, en las que cubren mayor distancia, permitirían que más empresas compitiesen por ofrecer el mismo servicio.
Así, según exponen, se reducirían los precios en el transporte y se favorecería el uso del autobús frente al del coche particular, lo que traería consigo una conveniente disminución de la contaminación y del número de accidentes y víctimas en las carreteras.
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Sin embargo, como destacan en El Confidencial, es una iniciativa que no han secundado ni el Ministerio de Fomento ni el Congreso de los Diputados ni la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus). Es más, el presidente de esta última, Rafael Barbadillo, confesó al medio que “el sistema funciona y funciona bien” y no ven qué ventajas podría ofrecer tal liberalización.
Además, cabe destacar que para que la propuesta llegue a término necesita la aprobación de la mayoría de los Ministros de Fomento de los Estados Miembros y la mayoría de votos en el Parlamento Europeo.
