En España, una vez nos sacamos el carné de conducir, no estamos obligados a regresar a la autoescuela, solo lo tienen que hacer quienes pierden todos los puntos del carné de conducir. Esto significa que no estamos obligados a realizar cursos de actualización o reciclaje, como sí sucede en otros países, para ponernos al día de las novedades y cambios en la normativa. A esto se suma que son muchos los que se creen que, ya con el carné de conducir en el bolsillo, tienen vía libre para hacer cuanto les plazca con el coche realizando maniobras peligrosas y que ponen en riesgo la integridad del resto.
Y no hablamos de llevar al coche a su máximo de velocidad. A veces, acciones tan sencillas como un cambio de carril sin mirar por el retrovisor o girar para acceder a otra calle pueden tener consecuencias fatales para la integridad de los ocupantes de los vehículos.
Circular por el carril central… y adelantar por la derecha
Tenemos la obligación de circular por el carril más a la derecha en vías con más de un carril por sentido. Solo podremos cambiar a uno que esté a nuestra izquierda para adelantar o facilitar la incorporación a otros vehículos que acceden a nuestra carretera. Sin embargo, son muchos los que permanecen en el carril central o el izquierdo.
Esto no solo tapona la circulación y retiene a quienes circulen más rápido sino que puede llegar a ser peligroso. Hay quienes, por falta de paciencia o por exasperación, deciden adelantar por la derecha. Otra maniobra que no solo es peligrosa, también es ilegal. La multa es de 200 euros y supone una resta de 4 puntos del carné de conducir.
En este caso, hay que superar siempre al vehículo a adelantar siempre por la izquierda, aunque esto suponga esperar un rato tras él, o cambiar varios carriles a nuestra izquierda, para después regresar varios carriles a la derecha.
Acelerar al llegar a un estrechamiento de la carretera
En caso de que la carretera se estreche, pierda alguno de los carriles, tiene prioridad de paso quien circule por la izquierda. Es decir, el de la derecha debe ceder el paso y no acelerar para ponerse por delante de él. Esta maniobra demás de peligrosa sería ilegal pues estarías adelantando por la derecha.
Girar a una calle desde el carril central
Aunque parezca evidente, conviene recordarlo. No podemos girar desde el carril central para acceder a una calle perpendicular. Podría llegar otro vehículo por el carril que vamos a invadir y golpearnos. De hecho, si este llegar con la suficiente velocidad, podría hacernos volcar.
Si nos fijamos en las marcas viales de la imagen facilitada por la DGT, no está permitido el giro desde el carril por el que transitamos. Lo correcto, si deseamos girar para acceder a otra calle, es circular por el carril adecuado, el más cercano a la calle por la que deseamos girar.
Zigzaguear o serpentear entre el tráfico
No podemos circular haciendo zigzag entre los vehículos en condiciones de tráfico fluido. Pocos son conscientes del peligro de esta maniobra o de las consecuencias de estos cambios. Debemos mantener nuestro carril hasta que la velocidad se normalice Y, por mucha tentación que tengamos de cambiar de carril, aunque los vehículos ahí dispuestos transiten a una velocidad mayor, debemos mantener nuestra posición. Estos cambios lo único que generan son aceleraciones, frenazos y nuevas posibilidades de sufrir un accidente con otros vehículos.
De hecho, hay estudios que demuestran que es esa circulación haciendo zigzag la que empeora las condiciones de tráfico fluido generando nuevos y mayores atascos.
Mantener la posición en los carriles que no están alineados
Situación peligrosa en la que es difícil mantener la posición. Habría que intentar mantenerse en el mismo carril aunque estos no estén demarcados en un tramo concreto. Es decir, si ocupamos la posición central intentar llegar a ese mismo carril pasados esos metros de ausencia de marcas viales.
En este caso, hay que estar muy atentos a los retrovisores y a nuestros laterales para comprobar que, en nuestro desplazamiento, no vamos a golpear ningún vehículo. Y es que, ante esta situación, hay quienes siguen rectos sin importar los movimientos a los que se vean obligados el resto de vehículos y ahí es donde se producen los alcances y golpes laterales.