Hace unos meses, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo germano daba el primer paso para acabar con la circulación de los coches diésel en Alemania. Se aprobó entonces que la decisión de vetar a estos vehículos en las grandes ciudades recaería sobre los Ayuntamientos pertinentes, sin la necesidad de que existiera una ley federal que lo regulase. Y, ahora, comienzan las primeras restricciones.
Hamburgo, la segunda ciudad más importante de este país, ha sido la pionera en tomar medidas en contra de los diésel. Lo han hecho instalando señales que avisan de la prohibición de circular a todos los conductores. Aunque es importante destacar que, por ahora, solo afectarán a los vehículos diésel más antiguos.
Más de 70 ciudades alemanas superan el límite de NOx permitido en Europa
Desde Bruselas se impuso un límite de emisiones de partículas NOx en 40 mg por metro cúbico de aire en las ciudades. Pero, según publican en ABC, en Alemania se cuentan por decenas las ciudades que no cumplen con la norma. Es más, se estipula que de los 15 millones de automóviles diésel que circulan por este país, solo 2,7 millones disponen de una mecánica compatible con la norma Euro 6.
Así, todo apunta a que la restricción de estos vehículos se llevará a cabo en dos zonas de la ciudad:
- En un tramo de 580 metros en la calle Max-Brauer-Allee.
- En 1,7 km de la vía Stresemannstraße.
El resto de ciudades, por su parte, se unirán a estas prohibiciones progresivamente. Empezarán a restringir el paso a los coches diésel euro 4; y, más tarde, ampliarán el rango a los Euro 5. No obstante, aquellos que pertenecen a la segunda clasificación, podrán circular por las ciudades germanas hasta el 1 de septiembre de 2019. Asimismo, quedarán excluidos de estas restricciones los vehículos comerciales y los que pertenezcan a los residentes de la zona.
Alemania, más comprometida con el medio ambiente
Si todo sigue según lo previsto, se contempla que a finales de mayo los coches más contaminantes ya no podrán realizar desplazamientos por las zonas urbanas. De modo que, poco a poco, acabarán reduciendo su uso y potenciando el consumo de los vehículos con combustión alternativa. Algo que, además, ayudaría a conseguir su meta principal: ningún coche nuevo producirá emisiones a partir de 2030.
Sin embargo, las nuevas restricciones también presentan ciertas desventajas. Tal como han estipulado en Evercore ISI, la industria del automóvil se enfrenta a unas pérdidas de hasta 14.5o00 millones de euros. Y no solo eso: algunas empresas, como BMW y Volkswagen , han experimentado una caída del 1,8 y 1.4 % (respectivamente) en su cotización en bolsa. Por todo ello, muchas compañías automotrices han invertir sus recursos en otros proyectos. Descubre aquí todas las empresas que han decidido abandonar el diésel.