La Agencia Europea del Medio Ambiente ha publicado un estudio con el que alerta de que el cambio que ha experimentado el mercado de vehículos a nivel continental ha tenido como consecuencia el aumento de las emisiones medias de los coches, especialmente del CO2, el que genera el efecto invernadero y que era la principal preocupación de las gobiernos hace solo una década.
Así, entre los datos que se pueden extraer de dicho análisis destaca que en 2018, las emisiones de CO2 se establecieron en 118,5 g por kilómetro recorrido, lo que supone una subida del 0,4 % con respecto al ejercicio anterior. Y esta situación no es aislada pues la misma entidad señala que ya en 2017 se rompió la tendencia de bajada de emisiones de gases contaminantes que se había iniciado en 2010.
Cabe recordar que fue en 2017 cuando las mecánicas de gasolina retomaron la dominancia en el mercado por encima del diésel. Y es que, según asevera la Agencia Europea del Medio Ambiente, los coches de gasolina contaminan entre un 10 y un 40 % más que sus equivalentes en diésel.
Desde Europa aplauden la apuesta por las tecnologías alternativas, aunque destacan que las acciones que se están llevando a cabo se quedan cortas comparadas con las que se necesitarían para que aumentaran de la forma deseada sus ventas y su uso.
Recuerdan que las matriculaciones de mecánicas de gasolina aumentaron un 6,5 % en 2018 hasta obtener una cuota del 56,7 %, mientras que las ventas de vehículos eléctricos continúan siendo residual: apenas un 2 %.
Y entienden que estas matriculaciones sigan siendo escasas. Según apunta El País, en Europa solo hay unos 150.000 puntos de recarga públicos de vehículos eléctricos cuando se necesitarían alrededor de 2,8 millones de conexiones para que esta mecánica fuera una alternativa real.
Sin embargo, el plan de actuación es llegar a esa cifra de enchufes en 2030 por lo que tampoco se esperan grandes cambios de tendencia en las ventas de estas mecánicas no contaminantes a corto plazo.
Por otro lado, la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA), ha señalado que los propios constructores están realizando importantes esfuerzos para aumentar la presencia de vehículos de tecnologías alternativas en su oferta comercial. Aquí, entran eléctricos, híbridos, de gas y de pila de combustible.
Sin embargo, los altos precios, la falta de puntos de recarga o de repostaje, según el caso; y la falta de ayudas a la compra que reduzcan la importante diferencia de precio entre estos y sus equivalentes con motores térmicos les sitúa aún como una opción que muchos usuarios aún no pueden contemplar para que sea su próximo vehículo.