El tráfico, otra ‘víctima’ más del Internet de las Cosas, ese tipo de interconexiones entre objetos de la vida cotidiana para que tengan una noción de la situación y que reaccionen y tomen decisiones por sí mismos (para que un frigorífico compre yogures cuando detecte que solo queda uno, por ejemplo). Ahora podrían gestionar el tráfico y variar las señales de circulación dependiendo de la fluidez que detecten, hasta el punto de que podrían llegar a pararlo.
Sí, ya se ha planteado la posibilidad de que se incluyan semáforos en las autopistas, que se detendrían la circulación cuando haya aglomeraciones, puntos conflictivos o incluso congestiones puntuales.
El proyecto ya está en marcha en el Reino Unido, y ya ha iniciado una primera fase en la carretera M-62, en una autovía de Warrington en Cheshire (Inglaterra), y el responsable de ponerlo en funcionamiento es Highways England, la entidad que regula el uso de las carreteras de alta velocidad en el país insular.
Fase de pruebas
Por el momento, unos sensores controlan el paso de los coches y en caso de detectar tráfico intenso rebajan la velocidad máxima indicando la nueva mediante paneles y arcos luminosos para evitar situaciones de peligro y ralentizar la llegada de vehículos al destino.
Sin embargo, una segunda fase, que se debería ponerse en marcha en enero, incluirá semáforos en la ecuación, por lo que, llegado el caso, frenar la circulación por completo para gestionar la entrada y salida de las carreteras que confluyen en las autovías. Y todo de forma monitorizada y automático según cálculos propios, sin intervención de un centro de control.
Un año de pruebas
Andy Withington, uno de los responsables del programa, señala ante la puesta en marcha del proyecto que “es una oportunidad para combinar la tecnología existente y los sistemas de gestión del tráfico de una manera novedosa para comprobar si podemos ofrecer a los conductores una rebaja en el tiempo de viaje y en los momentos de aglomeración, así como viajes más tranquilos y seguros”.
Mediante esta prueba se pretende “probar la novedosa tecnología introducida a través de este proyecto piloto y hacer frente a la congestión en las horas punta del día, especialmente durante la mañana. Los semáforos de enlace no estarán encendidos todo el tiempo, solo en los momentos en los que sean necesarios”.
El proyecto estará a prueba durante un año, trascurrido el cual se estudiará si es efectivo y se puede implantar en todo el territorio nacional.
Nuevos proyectos de movilidad
No es la única propuesta que podría variar nuestra forma de conducir pues han florecido todo tipo de proyectos de movilidad por todo el mundo. Así, en los últimos meses se han dado a conocer programas que instalarían cargadores por inducción debajo del asfalto para que los coches eléctricos recarguen las baterías al mismo tiempo que circulan; pasos de cebra inteligentes, que aparecen o desaparecen dependiendo de la situación del tráfico; o unos sensores instalados en los hitos de las carreteras que analizan el paso de los vehículos y crean un Big Data de la situación real del tráfico.