La Generalitat de Catalunya está buscando nuevas fórmulas para financiar las autopistas de la comunidad autónoma cuando venzan algunas de las concesiones vigentes entre 2019 y 2021. Entre las opciones mejor valoradas está la creación de la viñeta. Se trata de una tarifa plana que se pagaría de forma anual y permitiría circular, sin límite, por todas las autopistas del territorio catalán.
Para estudiar su viabilidad, el Gobierno catalán ha realizado un estudio que analiza, teniendo en cuenta el volumen de tráfico y de las infraestructuras actuales, el efecto que tendría eliminar los peajes. Además, también han tenido en cuenta las distintas alternativas que podrían sustituir al sistema de peajes actual, muy criticado por los conductores, especialmente porque su precio acaba siendo prohibitivo para las personas que utilizan las autopistas a diario para realizar un trayecto medio.
Así lo ha anunciado Josep Rull, presidente del Departamento de Territorio y Sostenibilidad. El estudio se convertirá en una de las bases para diseñar el futuro sistema de pago de las autopistas. Eliminando los peajes, las autopistas ganarían un 24 % de tráfico y por las carreteras paralelas gratuitas perderían a la mitad de los coches que ahora circulan por ellas.
Beneficios para los conductores habituales
De implantarse la tarifa plana anual para todas las autopistas de Cataluña, los grandes beneficiados serían los conductores que las utilizan varias veces a las semana, ya que pasarían de pagar el peaje cada vez que realicen el trayecto a poder utilizarlo de forma ilimitada con un pago anual. Solo teniendo en cuenta la reducción de los tiempos de recorrido se ahorrarían 52,7 millones de euros, a los que habría que sumar 40,5 millones de euros derivados de costes operativos que no se producirían. También implica beneficios medioambientales por la reducción en las emisiones, tasada en 900.000 euros.
Aparte del ahorro, se produciría también una reducción de la siniestralidad. Las carreteras alternativas a las autopistas normalmente presentan unos índices de accidentalidad superiores al de las autopistas, generalmente debido a su trazado. Un ejemplo muy gráfico de esto se da en el Garraf, donde la alternativa al túnel, que es de pago, es una sinuosa carretera que bordea la costa y que soporta el paso de 18.749 coches al día de media. Si se levantaras las barreras de los peajes, el 83 % de esos conductores optaría por ir por el túnel.
La reducción de la accidentalidad podría reducir los costes provocados por la misma, tasados en 68,6 millones de euros. Todos este dinero que se podría ahorrar no tiene en cuenta el precio de los peajes, ni el que se paga en la actualidad ni el que se podría pagar en un futuro cuando se decanten por una de las opciones.
¿Qué es la viñeta?
Se trata de un modelo de pago que se aplica ya en las autopistas de algunos países europeos como Austria y Suiza y que pronto se implantará en Alemania. Para cubrir los gastos de las infraestructuras, los conductores que deseen circular por las autopistas tendrán que pagar un canon anual que normalmente se mueve en una horquilla entre 40 y 110 euros.
Para saber qué conductores pueden circular por las autopistas porque han pagado esa cantidad anual, generalmente tienen que llevar una pegatina en el parabrisas. Por tanto, se evitan tener que parar o detener la velocidad en los peajes y solo tienen que preocuparse, una vez al año, de renovarla. Con este sistema, no se tiene en cuenta el uso que se hace de estas vías, sino que todas las personas pagan lo mismo, con lo que se fomentaría que los desplazamientos se realizaran por autopista para “amortizar” la cifra que se ha pagado.