El Desierto de Tabernas de Almería fue el plató de numerosas películas durante la época dorada del western, entre los años 60 y los 70. Al año, podían llegarse a rodar 50 películas, entre las que se encuentran títulos tan míticos como “El Bueno, el Feo y el Malo”, pero hoy en día son solo son cinco los largometrajes que ven en esa zona almeriense el marco ideal para la trama.
La falta de oportunidades económicas, de conexiones, transportes y servicios han provocado que la despoblación sea una amenaza para los pueblos que allí se encuentran, según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Por eso Škoda se ha puesto manos a la obra para intentar reactivar la economía de la zona mediante una serie de acciones pensadas para que el cine western vuelva a una de sus cunas, Almería.
Un proyecto de cine
“Los cowboys del desierto” es una iniciativa de Škoda que tiene como último fin la creación de un servicio de transporte gratuito similar a las diligencias del oeste que vuelva a conectar los pueblos del desierto. Esto ayudaría a estimular económicamente la zona impulsando la industria del cine de la región con el patrocinio del Almería Western Film Festival, creado en 2011.
Para dar a conocer la acción, el fabricante ha lanzado una película rodada al estilo western utilizando los escenarios originales que ofrece el desierto. Si consigue 5.000.000 de visualizaciones, pondrá en marcha el servicio de diligencia. Además, de forma paralela dará a conocer la vida de los habitantes del Desierto de Almería y las razones por las que cada vez es más difícil vivir en estos pueblos a través de la página web que han creado para esta causa.
De lograr el número de visualizaciones, se crearía el servicio de diligencia que conectaría, de forma gratuita, varios pueblos que a día de hoy no disponen de transporte, como Tahal o Senés, que sería conducido por un conductor seleccionado a través de una oferta de empleo gestionada por el servicio andaluz de empleo.
La despoblación, un problema social
El declive del western supuso un gran problema para los habitantes de la zona del Desierto de Tabernas, cuya mayor fuente de ingresos eran los largometrajes. La Unión Europea los considera pueblos remotos ya que se encuentran a más de 45 minutos de una ciudad. En ellos, la falta de oportunidades laborales, la falta de comunicaciones y los servicios precarios han hecho disminuir sus habitantes a la mitad en las últimas décadas, provocando también un envejecimiento notable de la población. Existen, incluso, algunas localidades abandonadas.
Los habitantes acaban dependiendo del transporte privado para poder moverse por la zona y, si no disponen de él, tienen que confiar en la buena voluntad de sus conocidos. Elisa, una de las vecinas de la zona, no puede ir a comprar sin depender de nadie que tenga coche. Lo mismo le ocurre a una profesora de Tahal, Adela, que cada mañana se desplaza desde Senés compartiendo coche con el panadero porque no tiene transporte para ir a trabajar.
Esta no es la primera vez que la marca realiza una iniciativa para asegurar la movilidad de zonas lejanas a grandes núcleos urbanos. En 2015, cedió un vehículo al pueblo más alto de España, Valdelinares. Gracias a esto consiguieron que una familia con hijos se mudara a la localidad para evitar el cierre del colegio por falta de niños.