Todos los coches que se vendan en España a partir de 2040 han de ser eléctricos. Así de contundente se ha mostrado la consultora Deloitte en su informe ‘Un modelo de transporte descarbonizado para España en 2050’ que aborda cómo puede cumplir España los objetivos de emisiones marcados por la Unión Europea para 2050.
Las conclusiones no pueden ser más tajantes y la apuesta por el coche eléctrico no puede ser más apasionada. Según Deloitte, hay que ‘incrementar la penetración de vehículos eléctricos desde el 0% hasta prácticamente un 100% en 2050’, con lo que la conclusión lógica es decir adiós a toda venta de vehículos ligeros de combustión.
Y es que la Unión Europea es muy rígida en sus objetivos, ya que en España se deben reducir los gases de efecto invernadero entre un 80% y un 95%. Y para ello, “son necesarias políticas y objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos para el transporte que los actuales’
No obstante, no solo el coche particular es el ‘afectado’. Será necesaria “la electrificación del transporte de pasajeros y el cambio modal a ferrocarril y la electrificación del transporte de mercancías”. Algo que, evidentemente, no sale gratis: se requiere una inversión de entre 1.100 millones y 2.000 millones de euros hasta 2030 en incentivos de compra de vehículos eléctricos, instalación de infraestructuras de recarga y desarrollo de la infraestructura ferroviaria.
300.000 coches eléctricos en 2020
Sin embargo, el sector que más impulso y concienciación necesita es el del coche particular. Según Deloitte, a finales de 2015 circulaban por nuestras carreteras 6.500 coches eléctricos (con un parque automovilístico de 22 millones de vehículos), con unas ventas de 3.000 unidades, el 0,2% del total, algo que choca, por ejemplo, con la situación de Noruega o Países Bajos, donde el vehículo eléctrico representaba en 2015 el 23% y el 10% de las ventas, respectivamente.
Según Deloitte, para cumplir con los objetivos, y dar un adiós definitivo a los automóviles con motor de combustión interna en 2040, en 2020 deberán circular en España 300.000 coches eléctricos (algo que supondría multiplicar por 50 el parque existente). En 2025 esta cantidad deberá haberse elevado a entre 1,6 y 2 millones de unidades y alcanzar los 6 millones en 2030, lo que supondría algo más de la mitad de las ventas totales de coches en ese año.
Actitud positiva del ciudadano
A pesar de ello, hay una luz de esperanza. Según diversos estudios y encuestas a usuarios, el coche eléctrico es algo que nos planteamos a la hora de comprarnos un automóvil. El precio (más elevado que el de un coche de combustión), la autonomía (mucho menor que un coche convencional) y la falta de infraestructura de recarga son los principales obstáculos a materializar esa compra.
La prohibición del acceso a los centros de la principales ciudades con coches de combustión, algo que está proyectado para dentro de unos años en las capitales más importantes del país, el previsible descenso de los precios de los coches eléctricos y los aumentos progresivos de las autonomías de los mismos serán el gran empujón que necesitan este tipo de vehículos para popularizarse.
El apartado de la infraestructura es una de las cosas que más preocupa, ya que requiere, principalmente, de la inversión pública. Deloitte señala que el coste de instalar los 4.000 puntos de recarga en la vía pública y unas 11.000 electrolineras que creen que serán necesarias en el año 2020 significa una inversión de entre 100 y 150 millones de euros anuales. Dentro de los Presupuestos Generales del Estado no es una partida exagerada… pero hay que tomar la decisión de dedicarla.
También te puede interesar