Científicos del Empa suizo, Swiss Federal Laboratories for Materials Science and Technology por sus siglas en inglés, han advertido en un estudio de que los coches de gasolina no son tan limpios como podría parecer.
Este estudio suizo afirma que algunos motores de gasolina de inyección directa emiten tantas partículas como los antiguos diésel sin filtro de partículas. Entre esos elementos nocivos se encontrarían “numerosas sustancias cancerígenas” que podrían eliminarse con un simple filtro de partículas para vehículos de gasolina.
Para llegar a esta conclusión, el estudio se centró en siete bloques de gasolina de inyección directa de modelos como el Mitsubishi Carisma de 2001 (Euro 3), el Volkswagen Golf de 2010 (Euro 4) o el Citroën C4 de 2016 (Euro 6b).
Todos ellos fueron comparados con un Peugeot 4008 de 2013 (Euro 5b), con motor diésel y filtro de partículas, a partir del ciclo WLTP, que será el que se tenga en cuenta a partir de septiembre de 2017. Los resultados arrojaron que todos los propulsores de gasolina emitían entre 10 y 100 veces más partículas que el motor diésel de Peugeot.
Uno de los investigadores del proyecto, Norbert Heeb, afirma que algunas de estas partículas pueden penetrar en los alveolos de los pulmones y llegar al torrente sanguíneo y que, una vez inhaladas, “permanecen en el cuerpo para siempre”.
Heeb también hace hincapié no solo en las partículas, sino en las toxinas químicas que aparecen tras el proceso de combustión: “Líquidas o sólidas, se acumulan en la superficie de las partículas, con lo que pueden entrar en la sangre como un caballo de Troya”. Entre las partículas nocivas destaca el benzo[a]pireno, una sustancia cancerígena que se encuentra presente en el tabaco.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que incluso la dosis más pequeña de este benzo[a]pireno (en rojo en la imagen) es perjudicial, mientras que la UE estableció el límite de esta sustancia para no ser perjudicial en 1 nanogramo por metro cúbico de aire. Pues bien, los niveles de esta sustancia en las emisiones de escape eran 1.700 veces superiores al límite.
A modo de conclusión, el estudio afirma que los vehículos de gasolina no montan “la mejor tecnología disponible” y que debería añadirse filtros de partículas para los vehículos de gasolina “por el bien de la salud de todos”.