Toca elegir entre el Porsche 911 SC y el Ferrari 308 GTBi
Comparar un Porsche 911 SC con un Ferrari 308 GTBi es tan evidente como complicado. Porque no se trata de dos coches tan diametralmente opuestos como pudiéramos pensar.
Al contrario, pese a su antagonismo mecánico, ambos juegan en la misma liga, la de los deportivos de raza. Deportivos de verdad, sin ayudas electrónicas, ni grandes lujos en el interior. Se nota que pertenecen a otro siglo.
El Porsche 911 pertenece a una de las sagas con más enjundia de la historia del automóvil. Una saga que continúa cosechando éxitos generación tras generación. Por otro lado, la saga de los 308 GTB se alargó hasta el 328, entregando el relevo a los posteriores 348 y 355. Por el camino, tuvo una derivación gloriosa, el GTO.
Frente a frente
Vistos desde fuera, es inevitable que el Ferrari llame más nuestra atención, aunque solo sea por el color de su carrocería, si bien es cierto que siempre miraremos de reojo al Porsche, cuya estética es magnífica.
Tratando de aspecto más prácticos, el Porsche 911 SC es mucho más sencillo de llevar en el día a día, amén de que cuenta con un consumo ligeramente inferior. Si le buscamos las cosquillas, deberemos atenernos a las consecuencias. Mejor no olvidar que es un ‘todo atrás’.
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Si hablamos de economía, está claro que se trata de dos vehículos caros de mantener, y que cualquier avería supone un desembolso importante, más en el Ferrari sin duda.
Y pese a la fama de los italianos, tampoco el modelo de Stuttgart sobresale en ese aspecto, como bien se encarga de repetirnos su propietario.
Lo cierto es que los GTBi hace tiempo que superaron sus problemas de inyección, y su relativamente baja cotización se debe más a su merma de potencia frente al resto de los 308.
Diferencias
Enfrentando pasión a razón, desde luego el planteamiento del 911 es el más irracional de los dos, con todo el peso tras el eje trasero, puestos a exagerar, resulta muy poco alemán, aunque esa es la clave de su supervivencia hasta hoy en día.
Alguien dijo una vez que los Porsche 911 son como las olas del mar, que siempre son lo mismo, pero siempre te gustan.
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En el caso del Ferrari 308 GTBi, la pasión del exterior se convierte en razón a la hora de distribuir los elementos mecánicos, lo que repercute positivamente en el comportamiento. Salvando esto, todo en él resulta más deportivo y radical. También es más efectivo si buscamos los límites.
En este tipo de coche, siempre hay que mirar la cartera, así que por ahí, la fiabilidad del Porsche se impone. El mantenimiento de ambos no es precisamente barato, aunque de nuevo el 911 se lleva la partida. Si hablamos de darnos un capricho, habrá que pagar ligeramente más por el Ferrari. Cuidado, las cotizaciones de ambos han comenzado a repuntar.
Acierto seguro
Si tenemos que escoger contamos con la ventaja de que cualquiera que sea nuestra elección será un acierto, pues ambos son extraordinarios, incluso en estas versiones desinfladas. Lo cierto es que te dejan con ganas de más.
Hace muchos años que mi corazón es rosso, por lo que mi elección no puede ser otra que el Ferrari 308 GTBi. Sus líneas me cautivan y la sensación de deportividad que transmite y lo que exige al conductor no hace sino añadirle atractivo. Para mí es mejor que el Porsche 911 SC.
Pero déjenme que les confiese una cosa, el 911 me sorprendió mucho más allá de mis expectativas. Rápido, fácil de llevar y ciertamente cómodo, a lo que se suma la particular atención que requiere un ‘todo atrás’.
Si quieren un deportivo que nos les complique la vida, aquí tienen el suyo. Como les digo, ambos rebosan pasión, y eso es al fin y al cabo lo que diferencia a un verdadero automóvil de un electrodoméstico.
Pero como se trata de elegir un ganador, el mío es el Ferrari 308 GTBi, aunque por mucho menos margen del que podía esperar cuando me levanté esta mañana a “trabajar”.
FOTOS FERNANDO VILLAR
No te olvides de repasar las pruebas individuales de nuestros protagonistas:
Prueba Porsche 911 SC, pasión Teutona
Prueba Ferrari 308 GTBi, leyenda italiana
