El SUV medio alemán presenta sus dos versiones más potentes firmadas por AMG y ambas con una fuerte carga electrificada.
Una vez que Mercedes-Benz ha desvelado la nueva generación del GLC y que incluso nos ha mostrado cómo luce su carrocería coupé, era el turno de que la firma deportiva de la marca de la estrella, Mercedes-AMG se pronunciase. Dicho hecho pues desde Affalterbach acaba de llegarnos las que serán las versiones más deportivas del todocamino medio alemán: el AMG GLC 43 4MATIC y el AMG GLC 63 S E Performance.
Como es habitual serán faciales de distinguir gracias al componente estético, con elementos diferenciadores como los paragolpes, los faldones, el difusor trasero, las llantas o la parrilla panamericana. De puertas para dentro también habrá elementos exclusivos como los tapizados, los asientos, las molduras o las pantallas específicas.
Todos con sello ECO
Pero si hay un componente que, lógicamente, los diferencia del resto de alternativas es sin duda lo que se esconde bajo el capó. En ambos casos estaríamos hablando de un bloque de 2,0 litros Turbo con cuatro cilindros (sí, los seis cilindros son cosa ya del pasado) montado en posición longitudinal que en el caso del GLC 43 4MATIC declara 421 CV y 500 Nm de potencia pero que gracias al apoyo de un pequeño motor eléctrico de 14 CV alimentado por una batería de 48 voltios (luce por tanto el sello ECO).
Por su parte, el GLC 63 S E Performanace además de equipar este motor de gasolina suma un segundo bloque eléctrico situado en el eje trasero de 204 CV para dar conjuntamente una potencia de 608 CV y un par máximo de nada menos que 1.020 Nm. En ambos casos la tracción es a las cuatro ruedas mientras que la transmisión es la automática de nueve relaciones permitiéndoles pasar de 0 a 100 km/h en 4,8 y 3,5 segundos, respectivamente. Respecto al segundo, como te habrás percatado, es un híbrido enchufable que suma una batería de 6,1 kWh de capacidad bruta (4,8 útil) otorgándole una autonomía de tan solo 12 kilómetros por lo que también es un coche con etiqueta ECO. La ventaja es que se puede cargar en tomas de 3,7 kW por lo que en menos de una hora la tendrás llena.
Si nos centramos en la dinámica, ambos modelos ofrecen una puesta a punto del chasis específica aunque en el caso del 63 S E Performance hay mejoras sustanciales como el montaje de barras estabilizadoras activas o un equipo de frenos más contundente, que pasa de los discos ventilados y perforados de 370 mm de diámetro con pinzas fijas de cuatro pistones en el caso del GLC 43 a los 390 mm y pinzas de seis pistones en el GLC 63 S, ambas en el eje delantero. Igualmente en lo que se refiere a los programas de conducción el AMG de acceso cuenta con cinco mientras que el más potente suma ocho aunque ambos sí equipan el denominado Race Start que en esencia sería un control de arrancada. De los precios no hay aún noticias pero ya te adelantamos que no serán aptos para todos los bolsillos.