Los problemas de suministro unidos a la alta demanda han provocado que el usuario que se ha comprado este compacto deportivo tarde un año en recibirlo. Su marca ha suspendido las reservas en su país de origen.
Vivimos en un momento convulso, es evidente. Un hecho que se ha trasladado al sector del automóvil en forma de falta de suministro con la ya conocida ‘crisis de los microchips’. Un mal que está afectando a prácticamente la totalidad de los fabricantes de coches y que se ha enfatizado más aún con la Guerra de Ucrania que va camino de cumplir su primer y trágico año. En el caso de los microchips, el principal damnificado es, como suele ser habitual, el usuario final pues ve cómo el tiempo de espera para que le entreguen un coche nuevo está ahora mismo entre los cuatro y los seis meses de media.
Una espera que, en muchos casos es de agradecer pues algunos modelos tienen una demora de más de un año. Eso es precisamente lo que le ocurre a este misterioso protagonista que ya te desvelamos. Se trata del Honda Civic Type R. La nueva generación del hot-hatch nipón ha despertado una gran expectación y muchos han sido los usuarios que, tanto en su país de origen como en el resto de mercados donde se va a comercializar, ya han reservado una unidad.
No es para menos pues el nuevo Type R promete ofrecer un rendimiento espectacular determinado principalmente por los 326 CV de su evolucionado 2.0 litros Turbo así como por la transmisión manual de seis relaciones que será exclusiva. Pues bien, con solo eso, el Type R ha sobrepasado las expectativas de la propia Honda hasta el punto de que en Australia en 24 horas se vendió casi todo lo que habían proyectado para un año. En el caso de Japón la medida ha sido más drástica y Honda ha cancelado ya los pedidos del coche porque no son capaces de abastecer la demanda. De hecho a causa de los problemas de suministro, los Type R puede que sean entregados a sus clientes un año después de haberlo solicitado. Así se ha disculpado la propia marca a través de su web nipona: “debido al impacto de la propagación de la nueva infección por coronavirus, la escasez crónica de semiconductores, la llegada inestable de piezas y los retrasos en la logística, es difícil pronosticar la producción futura”. De esta forma no está para nada claro cuánto podría tardar un usuario europeo en recibir su modelo. En el caso de Estados Unidos parece que no habrá demasiados problemas ya que al tener unas unidades limitadas, parece que se entregarán a tiempo. Estaremos atentos pero lo que es evidente es que la espera para los conductores nipones va a ser eterna.