Este prototipo llegará al mercado en el año 2024 y más allá de ofrecer un diseño en consonancia con el nuevo Mégane, destaca por equipar un novedoso sistema híbrido cero emisiones.
Renault avanza en su estrategia bautizada como Renaulution en la que el primer integrante fue el Mégane E-TECH y que continuará con el lanzamiento de múltiples modelos eléctricos o impulsados con tecnologías alternativas. Así, bajo el marco de la cumbre ChangeNow de París, la firma del rombo acaba de presentar su último concept car: el Scénic Vision. Un prototipo que recupera el nombre de uno de los modelos más exitosos de la marca gala de finales de los 90 y principios de este nuevo siglo, el Scénic, manteniendo su concepción familiar pero transformando su filosofía y, sobre todo, su sistema de propulsión.
No llegará hasta el año 2024, tiempo más que de sobra para que Renault evolucione y perfeccione todavía más el sistema de pila de combustible que lo animará. Sí, porque este Scénic Visión es un coche híbrido que combina tanto la electricidad como el hidrógeno. Equipado con la tecnología H2-Tech ofrece las dos tecnologías bajo una misma carrocería. Por un lado cuenta con una batería convencional de 40 kWh de capacidad a la que se suma otra pila de combustible de 16 kW. El sistema H2-Tech se basa en la tecnología de extensión de autonomía, que permite que una batería sea dos veces más ligera que antes para la misma autonomía.
Un recorrido que, de momento, parece estar cifrado en unos 550 kilómetros de los cuales 300 km provienen de la batería eléctrica y los otros 250 de la propia pila y del depósito de hidrógeno de 2,5 kilos. Una de sus principales ventajas será la rapidez en la recarga del hidrógeno pues la marca habla de menos de cinco minutos. La ficha técnica del coche se completa con un rendimiento mecánico de nada menos que 217 CV (160 kW) aunque la firma gala no ha desvelado detalles de sus prestaciones.
Cambio radical
El Scénic Vision se enmarca dentro de la estrategia ESG (medioambiental, social y de gobierno corporativo) de la compañía con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en Europa a partir de 2040 y en todo el mundo en 2050. En lo que respecta al diseño, sigue el patrón visto por los últimos modelos de la marca, heredando aspectos del actual Mégane E-TECH. Tiene una longitud de 4,49 metros de largo por 1,90 de ancho y 1,59 de alto a lo que suma una distancia entre ejes de 2,83 metros. Se sostiene sobre la plataforma del Mégane enfatizadas por un trazo mucho más marcado al que nos tenía acostumbrados la última generación. Entre algunos de sus detalles destacan las llantas de 21 pulgadas con flaps móviles para mejorar el flujo aerodinámico o unas puertas con apertura asimétrica, carente de pilar B y dejando un amplio hueco para entrar.
Para acceder al interior, el Scénic Vision cuenta con un sistema de reconocimiento facial que abre la puerta y ajusta los parámetros del vehículo según el perfil del conductor. Propone unas formas futuristas y unos asientos de corte moderno y delgado propios de los concept car. Además de incorporar un salpicadero completamente digital que se extiende incluso por los paneles de las puertas, sobresale el diseño del volante, al estilo de los Fórmula 1. La consola central está formada por cuatro displays y una consola suspendida. No obstante, lo más representativo es, sin duda el hecho de ofrecer el concepto de economía circular ya que incluye más del 70% de materiales reciclados y el 95% del conjunto cuenta con materiales reciclables, contribuyendo así de forma directa a preservar los recursos. De hecho, reduce en un 75% su huella de carbono con respecto a un vehículo eléctrico convencional.
En términos de seguridad, las tecnologías integradas ofrecen una seguridad reforzada para el conductor y los pasajeros, permitiendo reducir la cifra de accidentes hasta en un 70%. Concretamente, incluye un sistema de cámaras integrado en la parte delantera del vehículo que amplía el campo de visión del conductor en un 24%. De este modo, el parabrisas se amplía en 180° para ofrecer una visibilidad.