Pese a ello 1.004 personas se dejaron la vida en la carretera. Los peores meses en lo que a siniestralidad se refiere, los de verano.
No te dejes embaucar por el positivismo del titular porque si bien el 2021 ha sido el año en el que menos muertes ha habido, siempre y cuando no se contabilice el 2020 por ser el del encierro provocado por la COVID-19, todavía se han registrado nada menos que 1.004 muertes en los pasados 365 días. Ahora bien, como decimos, es una rebaja del 9% respecto al 2019 y, lo que es más importante, el mejor dato histórico desde que se contabilizan. La cifra de 3.728 heridos graves como consecuencia de un siniestro vial también se ha reducido en 705 personas, un 16% menos a la registrada en 2019 (4.433).
De todos, el 38% de los fallecidos eran usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas, motoristas y usuarios de vehículos de movilidad personal. En concreto han sido 383 fallecidos, 61 menos que los 444 de 2019. Por su parte, el número de motoristas fallecidos también se ha rebajado un 16%. Respecto al número de peatones fallecidos (110), 59 fueron en autopista y autovía y 51 en carretera convencional. Entre los fallecidos en vías de alta ocupación, 19 fueron conductores u ocupantes que se habían bajado del vehículo y 23 peatones caminando o cruzando. Sorprende quizá el fallecido en vehículo de movilidad personal, a pesar de que tienen prohibido circular por vías interurbanas.
Menos movilidad
Unos datos que se pueden deber, entre otros, al descenso de la movilidad ya que durante todo el 2021 se registraron 393,7 millones de movimientos de largo recorrido por carretera, lo que supone un 8% menos que los realizados en 2019 (427,1 millones) y un 23% más respecto a 2020. Este descenso en la movilidad se ha producido en vehículos ligeros (-10%) y principalmente en fines de semana con un (-15%). En cambio, el tráfico de vehículos pesados ha sido superior (+3%) al registrado en 2019.
No obstante, estas rebajas en la mortalidad (-9%) y la movilidad (-8%) no han tenido un comportamiento homogéneo a lo largo del año. Si bien el año comenzó con unos datos muy buenos en lo que a siniestralidad se refiere, hay que tener en cuenta que hasta el 8 de mayo se mantuvo activo el estado de alarma, periodo en el que se establecieron restricciones a la movilidad. A partir de ese momento se ha ido produciendo una recuperación de los desplazamientos, de manera que en verano hubo prácticamente la misma movilidad y es a partir de septiembre cuando se observan incrementos, hasta incluso superar los desplazamientos registrados en el mismo periodo de 2019.
Tal es así, que los meses con peores registros de muertes en carretera fueron, precisamente, los de verano, aunque comparado con 2019 se rebajó en un 12%. El peor mes fue el de junio con un total de 116 fallecidos en accidentes de tráfico, septiembre fue el segundo con 101 fallecidos y julio cerró este nefasto podio con 99 muertes. Por comunidades autónomas, la inmensa mayoría redujo los datos de siniestralidad a excepción de Castilla La Mancha (+17), Illes Balears (+10); Andalucía (+12); Cantabria (+4) y Comunidad Foral de Navarra (+3). Cataluña y Madrid consiguieron bajar en 40 y 25 el número de fallecidos, respectivamente.