En la historia de Mazda hay una denominación que resalta por encima del resto. Se trata de los modelos bautizados con las letras MX (Mazda eXperimental), vehículos llamativos, novedosos conceptualmente, con importantes apuestas tecnológicas o que suponen un desafío a las modas imperantes en el mercado. Pero, ¿cuál fue el primer modelo en ser bautizado así? La respuesta está en la imagen. Y acaba de ser restaurado. El Mazda MX-81 Aria.
Se trata de un concept car que muestra, además, la conexión entre la firma japonesa e Italia, pues fue firmado por el estudio Giugiaro y fueron varios los modelos que posteriormente salieron a la venta que se inspiraron en su diseño o su configuración interior.
Después de mucho tiempo ‘olvidado’ en un almacén de Mazda, ahora ha recobrado su esplendor después de un proceso de restauración llevado a cabo entre Japón e Italia, uniendo de nuevo las dos esencias que se mezclan en este concept car.
Una unión entre dos países surgido de una casualidad
El nacimiento del Mazda MX-81 Aria (el apellido Aria se le pondría después) surge como las mejores historias, de una casualidad. De un noviazgo que llegó a buen puerto. Aunque parezca una historia extraída de la prensa rosa, la realidad es que los orígenes de este Mazda MX-81 surgieron de un viaje en moto, de una aventura que dos jóvenes japoneses realizaron por medio mundo.
Uno de ellos era Hideyuki Miyakawa, que ya formaba parte del equipo de diseño de Mazda. Tras atravesar media Asia llegaron a Europa. Y, una vez aquí, quisieron visitar el Salón de Turín que en esos días se estaba celebrando. Contrataron a una intérprete, de la que quedó prendado y con la que inició una relación. Primero en Italia. Después en Japón. Y, luego, de vuelta a Italia.
Fue aquí cuando surgió la relación con el estudio de Giugiaro. Y de aquí nacieron los primeros bocetos del Mazda MX-81 que, como era habitual en el estudio del italiano, aprovechó otros diseños anteriores para configurar este. Por eso sus formas y perfil nos recuerdan a modelos de Citroën y Volvo.
Mazda MX-81 Aria, radical en su configuración
Este concept car fue diseñado de dentro hacia afuera. Esa es la razón por la que cuenta con tantas superficies acristaladas, dotándolo de una gran luminosidad interior y permitiendo una gran visibilidad de cuanto sucede alrededor. Además, el diseño del frontal es en modo de cuña, con unos faros retráctiles muy del estilo de los 70 y una trasera muy vertical con los grupos ópticos agrupados en vertical en los extremos.
El interior es otra cosa. El volante tradicional fue sustituido por una cinta corrediza que rodea al cuadro de instrumentación de donde desaparecieron los relojes habituales para ser sustituidos por una pantalla de televisión. Literal. Entonces no había cuadros digitales, por lo que la pantalla era una televisión que con una interfaz muy básica, aunque muy avanzada para la época, ya mostraba información mediante iconos y símbolos.
Además, los asientos eran de piel y estos se movían y se orientaban hacia la salida para que fuera más fácil el acceso o la salida del vehículo.
Esta relación de Mazda con los diseñadores italianos no se quedó aquí pues también trabajó con Bertone y Ghia.
Cuidada restauración
Una vez ‘descubierto’ el Mazda MX-81 Aria superó una primera restauración en Japón donde se revisó su mecánica y la mayoría de sus piezas. Su motor volvió a arrancar casi cuatro décadas después. Posteriormente llegaría a Europa para ser revisado por el equipo de SuperStile, un taller italiano especializado en la restauración de coches clásicos.
Aquí se repasó su pintura, la mayoría de paneles de la carrocería y la tapicería que había sufrido la humedad del lugar en el que estaba almacenado. Sin embargo, se intentó conservar el mayor número de piezas originales.
Así, tras un arduo trabajo, el Mazda MX-81 Aria vuelve a lucir como el primer día. Hace cuatro décadas inspiró a la familia del Mazda 323 mientras que el Mazda MX-5 empleó algunas de sus soluciones. ¿Volverá a inspirar algún modelo de la firma japonesa de los próximos años?