La última campaña especial de control del transporte escolar, que tuvo lugar entre los días 25 y 29 de enero, se ha saldado con un total de 2.308 vehículos examinados de los que 868 terminaron sancionados por algún tipo de anomalía. Esto supone que el 37% del total tuvieron que ser multados. Se trata de una cifra notablemente inferior a la de la última campaña cuando, cuando hasta el 45,05% fueron multados.
Cabe recordar que en nuestro país, en torno a 600.000 menores de edad han de utilizar este tipo de transporte escolar de forma regular para acudir a sus centros de estudio o deportivos por lo que desde la DGT se ha puesto un especial énfasis en la supervisión de estos viajes en su intención de bajar al máximo las víctimas en nuestras carreteras.
Falta de autorización especial para ser vehículos de transporte escolar
La velocidad, el consumo de alcohol y drogas y las distracciones son las principales guerras que mantiene la DGT en la actualidad para reducir las cifras de muertos y heridos por accidente. En lo relativo a estos aspectos, no se detectó a ningún vehículo circulando por encima de los límites indicados. Y ningún conductor dio positivo en el test de alcoholemia. Sí que hubo tres que dieron positivo en los test de drogas. Aunque no se ha especificado de qué sustancias se trataba.
En cuanto a los requisititos especiales que necesitan los autobuses se encontró que 565 no contaban con el permiso especial que necesitan para dar el servicio de autobús de transporte escolar, mientras que 287 no contaban con el seguro de responsabilidad ilimitado, ambos documentos obligatorios por ley.
A esto se suma que 48 autocares presentaban irregularidades en las puertas de servicio y emergencias, mientras que 17 no contaban con la ITV en vigor. Además, 72 no disponían de la señal V10 que identifica a estos autobuses como vehículos de transporte escolar para el resto de la circulación. Y 17 carecían de dispositivo luminoso con la señal de emergencia en la puerta.
Por su parte, 12 carecían de una persona que supervisara el comportamiento de los menores durante el viaje; mientras que 4 conductores no cumplían con la normativa de tiempo de conducción y descanso. Finalmente, 3 no disponían de cinturones de seguridad en sus plazas o sí tenían pero presentaban anomalías en su funcionamiento.
Sin embargo, el empeño por reducir la siniestralidad no solo se ciñe a los autobuses. Desde la DGT también han dado una serie de recomendaciones para los padres sobre cómo actuar al dejar a los niños en el colegio. Y es que, hasta el 90% de los accidentes con menores se producen justo antes de subir al autobús.