La banda comenzó a robar coches durante el confinamiento, los desguazaba y vendía las piezas en el mercado negro.
La Guardia Civil ha detenido a siete personas acusadas de haber robado más de 270 coches del segmento Premium para posteriormente despiezarlos y vender estos componentes en el mercado negro. La operación, denominada ‘Gran Manzanal’, se ha llevado a cabo a nivel nacional y junto a los detenidos se han recuperado 64 vehículos y piezas de 209 coches valoradas en más de 2,3 millones de euros.
La operación se puso en marcha ante las sospechas que suscitaron la alta actividad que estaba teniendo una nave en Fuenlabrada (Madrid) durante el confinamiento del Estado de Alarma que comenzó en marzo. Se iniciaron las investigaciones y descubrieron cómo la banda aprovechó el confinamiento total de la población en marzo para robar los vehículos, la mayoría durante el día y utilizando los últimos sistemas electrónicos para puentear los sistemas de seguridad de los propios coches.
Así, tras ‘enfriarlos’ los llevaban a naves de Fuenlabrada, Parla, Alcobendas, Humanes y Torrejón de Ardoz (todas localidades de la Comunidad de Madrid) para desguazarlos y trasladar a otros lugares las piezas sustraídas e incorporarlas al mercado negro.
Todo era legal, en apariencia
Los detenidos tienen nacionalidad española, rumana, magrebí y paraguaya, aunque el líder del grupo era de origen español. Este regentaba negocios legales que nada tenían que ver con el mundo del automóvil. Fue esto lo que sirvió de tapadera para poner en marcha el entramado.
Era este el que alquilaba las furgonetas, de forma legal, para el traslado de las piezas mientras que los conductores utilizaban albaranes falsos de empresas pantalla para superar los controles policiales durante el confinamiento. Sin embargo, los agentes no tardaron en identificar a varios componentes de la banda al contar con antecedentes por robo de vehículos.
A los detenidos se les acusa de pertenencia a organización criminal, robo continuado de vehículos, ocupación de bienes inmuebles, fraude en el fluido eléctrico, recepción y desobediencia grave a agente de la autoridad.
Modernos métodos de robo
Los acusados, según ha indicado el instituto armado, sustraían los vehículos de Alcorcón, Pinto, Móstoles, Valdemoro, Leganés y Getafe (Madrid) y de Illescas y Seseña (Toledo). Robaban coches dos o tres veces por semana utilizando los últimos métodos para poder acceder a estos sin dañarlos y puenteando los sistemas de seguridad de la propia centralita.
Una vez dentro los trasladaban a lugares donde los abandonaban durante unos días para que se ‘enfriaran’, con lo que comprobaban si eran encontrados por la policía por llevar sistemas de seguimiento GPS. En caso de que no fueran detectados, regresaban a por ellos y los trasladaban a una de las naves antes citadas para despiezarlos y venderlos a talleres y en el mercado negro.
Aunque los robos comenzaron durante el confinamiento de marzo, estos continuaron hasta ahora. En total se han encontrado 64 coches dispuestos para ser desguazados y miles de componentes pertenecientes a 209 coches con un valor superior a los 2,3 millones de euros.