Francia quiere restar atractivo a los coches más contaminantes.
Si en España estamos a vueltas con la subida de los márgenes para el cobro del impuesto de matriculación (no se aplica a los que emitan menos de 120 g/CO2 por km y Anfac ha solicitado subir este umbral a 144) en Francia quieren endurecer hasta límites insospechados este mismo impuesto de matriculación a los vehículos más contaminantes.
Según publica Bloomberg, el nuevo proyecto de ley presupuestaria contiene un nuevo impuesto para los coches menos respetuosos con el medioambiente, aquellos que emitan más de 225 g/CO2 por km, por el que tendrían que añadir un extra de hasta 40.000 euros a su tarifa en 2021 y hasta 50.000 euros en 2022.
Objetivo descarbonizar las ciudades
Detrás de este nuevo impuesto se encuentra el objetivo de rebajar los niveles de contaminación de las ciudades. Entienden que los impuestos que ya tienen sobre la compra de vehículos nuevos (de los más altos de Europa) no son suficientes y quieren encarecer aún más algunos coches. Quien quiera contaminar, tendrá que asumir las consecuencias. O, al menos su bolsillo.
En Francia se pusieron el objetivo de rebajar en un 40 % las emisiones medias de los vehículos vendidos en 2020 comprados con los de 1990. Sin embargo, el Gobierno de Macron se muestra más ambicioso y quiere que esta reducción llegue al 55 % en 2021.
No es suficiente
Esta medida se suma a la que pende sobre la industria del automóvil a partir del próximo 1 de enero. Es entonces cuando entra en vigor el límite de 95 g/CO2 por km de media en las ventas de los fabricantes, y por el momento solo PSA y Renault cumplen con esta normativa de Bruselas.
El resto se expone a una multa millonaria que hará temblar a la industria del automóvil: 95 euros por cada gramo de más emitido de media y vehículo matriculado. Y conseguirlo ahora será más difícil pues entonces entra en vigor la normativa de homologación WLTP, que sucede a la NEDC y que es mucho más exigente en sus controles.
Con su nuevo impuesto de matriculación, Francia espera ayudar a cumplir estos objetivos europeos y descarbonizar las ciudades. Busca restar atractivo a los vehículos más deportivos, los grandes SUV y a las mecánicas más veteranas para impulsar la compra de motores ecológicos, eficientes y con un mínimo impacto en el medio ambiente.