Son tan pequeños que hasta los agentes en moto los podrán usar sin problemas.
La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sigue actualizando su equipo de radares, con artilugios más sofisticados, indetectables y precisos. Las nuevas tecnologías para multar las ha presentado recientemente el cuerpo, y las detalla Europa Press.
Además de una nueva generación de radares Velolaser, más pequeños y fáciles de llevar que otros radares móviles, la Guardia Civil ya utiliza los llamados radares en vehículos uniformados, para contar con una “patrulla integral” de control de tráfico. Esto se traduce en que una patrulla de motoristas puede realizar tanto un control de alcoholemia o drogas como uno de velocidad, gracias a que pueden ser transportados sin problemas en sus motos.
Radares de efecto Doppler: indetectables
Pero el radar más avanzado que ya prueba la Benemérita es uno móvil que funciona mediante ondas de efecto Doppler. Estas ondas operan con frecuencia diferente a las de los detectores de radar convencionales, por lo que estos no lo podrán localizar. Es compacto y lo puede llevar cualquier patrulla, tanto en moto como en coche.
La Guardia Civil indica a Europa Press que este es un “nuevo concepto” que la Agrupación de Tráfico quiere dar a conocer. El objetivo es que todos los conductores sepan que cualquier vehículo, uniformado o no, incluidas las motocicletas, pueden llevar un equipo de radares capaz de controlar la velocidad a distancia.
Los nuevos radares ya multan
Estos radares avanzados ya están operativos y han multado a dos conductores en la provincia de León. La Guardia Civil denunció a dos personas por sendos delitos contra la seguridad vial con motivo de varios controles de velocidad realizados en la A-6 y A-66.
Al parecer, el radar detectó a uno de ellos circulando a una velocidad de 212 km/h y el otro a 217 km/h. Estos conductores se enfrentan así a penas de prisión de seis meses a dos años, o multas de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad. Ambos infractores tampoco podrán conducir vehículos a motor o ciclomotores por un periodo de entre uno a seis años.