Nuestro protagonista, el Nissan Patrol, es uno de los mejores ejemplos de cómo la extinción forzada de los 4×4 ha acabado con modelos de gran éxito y que también tienen su grado de iconicidad dentro del mundo del automóvil. El Patrol que conocimos en España no fue el primero. A nuestro país llegó la tercera generación (con denominación internacional 160 y 260 para el fabricado en Barcelona) casi 30 años después de que apareciese el modelo. (Texto: José Armando Gómez).
1 de 14 – El nacimiento del Nissan Patrol
Los primeros Patrol fueron vehículos que nacieron de los restos militares que dejó la II Guerra Mundial, de la que germinaron otros grandes mitos como el famoso Jeep Willys (aunque éste fue concebido para la propia Guerra), al que se le podría considerar precursor de todos ellos, o los primeros Land Rover y Toyota Land Cruiser. Coches ligeros, muy robustos y con gran capacidad para el transporte rápido de las tropas de infantería o remolque de piezas de artillería, así como para su propio traslado vía aérea o marítima (todos recordaremos las fotografías de los Willys lanzados en aviones americanos con paracaídas directamente a las zonas de batalla).
2 de 14 – Primera, segunda y tercera generación
El primer Nissan Patrol (W60) nació en 1951 y se mantuvo en producción durante una década con versiones de carrocería abierta, hardtop o cerrada y cinco o siete plazas en función de su configuración. La segunda generación (G60) continuó con el concepto, aunque se aprecia perfectamente cómo la gama cambió hacia un enfoque más civil durante los más de 20 años que se fabricó. Y así llegamos a la tercera entrega, los anteriormente citados 160 y 260, modelo que, con la apertura de las fronteras españolas al mercado internacional, aterrizó en los concesionarios de la “Piel de Toro” fabricado en la planta que la marca abrió en Barcelona.
3 de 14 – 4×4 de referencia
Su estampa ha quedado grabada en el imaginario español como uno de los iconos del campo. Con sus líneas cuadradas y modernas, el Nissan Patrol se convirtió en uno de los modelos 4×4 de referencia. De un plumazo, los que tenían un Land Rover Santana 109, se encapricharon del Patrol. Éste se mantuvo sin grandes cambios estéticos hasta mediados de los años 90; momento en el que apareció la cuarta generación (Y61), que se fue actualizando hasta la llegada del Y62 en 2010, modelo que ya no se incluye en el catálogo de Nissan para el mercado español.
4 de 14 – Los Nissan Patrol de los 80 y 90
Dado que estamos hablando de un modelo que se vendió en todo el mundo (Australia, Nueva Zelanda, América, Europa y Sudáfrica) y que se ha fabricado durante más de 50 años, en esta ocasión nos vamos a centrar en los Patrol de los 80 y 90 que salieron de Barcelona, tanto por antigüedad (ya que son los que están entrando ahora en la familia de los clásicos) como por cercanía autóctona. Empecemos por los motores. La gama estuvo compuesta por bloques de 4 y 6 cilindros en línea, tanto atmosféricos como turboalimentados, gasolina y diésel. Aunque con distintas variantes y versiones, hay una cifra sobre la que se puede decir que estuvo la base de estas mecánicas: 2.800 centímetros cúbicos.
5 de 14 – Presumiendo de “6 cilindros”
El vetusto motor MD27 Perkins dejó paso a los A428 y A428II, que fueron los 4 cilindros con los que el Patrol debutó en nuestro mercado. Después llegaron los LD y RD28 atmosférico (95 CV) y turbo (118 CV). Inolvidables los adhesivos que lucían en sus puertas presumiendo de “6 cilindros” con el montaje de estas mecánicas. Con una cilindrada superior estaban los SD33 (también con variantes atmosféricas y turboalimentadas), aunque estos últimos fueron mucho menos frecuentes en el mercado español, donde dominaron los 2.8. Lo mismo que las versiones de gasolina (como el RD30S), muy raras dentro de nuestras fronteras. Los Y60 ya incorporaron el nuevo bloque 3.0 DI con 158 CV.
6 de 14 – Llega el Nissan Patrol GR
Aunque los motores fueron comunes a todos los Patrol y casi ni hubo actualizaciones estéticas dentro de esta tercera generación (con la llegada del motor de 6 cilindros se montaron los intermitentes delanteros a los lados de los faros y no debajo, como en los primeros 4 cilindros, y los pilotos traseros se ahumaron ligeramente), Nissan lanzó varias versiones de su 4×4: los Dakar, Green, BS, Polaris, Canarias o Forest fueron algunas de ellas, aunque la más popular fueron las Top Line y Top Line 2, los más equipados del catálogo con una autorradio más completa que el básico, aire acondicionado, elevalunas eléctricos o ese pack de relojes tan genuino con la altitud, brújula y ángulo de inclinación. También se ofrecía la variante con techo alto, pensada para ampliar la capacidad de carga del modelo en uso laboral. En este sentido, la versión con carrocería pick-up de dos plazas y una generosa caja de carga también estuvo en catálogo.
7 de 14 – Diferencias con el GR
En 1987 apareció una variante paralela que compartía casi todos los elementos mecánicos, pero suponía el tope de la gama Patrol. Los GR eran más corpulentos de acuerdo con su mayor anchura de vías y estaban más equipados. Había también diferencias en el diseño frontal, con faros redondos como los primeros 160, en lugar de los cuadrados. Con la llegada de la cuarta generación, ya a finales de los 90, Nissan intentó que el Patrol subiese un peldaño en su categoría (los SUV empezaban a germinar por todos lados) y dejó el apellido GR fijo para toda la gama. Curiosamente, en los últimos años de vida del modelo se volvió a la denominación Patrol “a secas” y se abandonó el GR.
8 de 14 – A prueba de bombas
A pesar de la larga carrera militar del Nissan Patrol, el encabezamiento que acabas de leer no pretende ser literal, al menos en cuanto a la resistencia del coche ante un explosivo. No hablamos de un coche blindado, pero sí de un verdadero prodigio de resistencia en todos los aspectos. Las mecánicas de 4 y 6 cilindros que salieron de fábrica en los 80 siguen funcionando hoy día sin mayor problema que un mantenimiento mínimo. Son coches realmente robustos en este sentido y por muchas palizas a las que se les pueda haber sometido (no fueron precisamente todoterrenos usados para ir a hacer la compra en la ciudad), no presentan puntos flacos que merezcan una especial atención. Tampoco en otros elementos tales como embragues, transmisiones o suspensiones (con las indestructibles ballestas en el eje trasero).
9 de 14 – Interiores y paso del tiempo
Si vamos a buscar uno, es probable que no haya que preocuparnos por su mecánica más allá de las rutinarias revisiones porque, seguramente, siga funcionando como un reloj. También fueron coches consistentes en cuanto a chapa y carrocería, con buenos ajustes y materiales muy resistentes. Quizá donde más podamos notar el paso del tiempo sea en los interiores. El revestimiento interno del techo tendía a descolgarse, los plásticos del salpicadero se deterioraban bastante con el sol y tampoco es raro ver desatornillados los paneles tapizados de las puertas (en especial la del conductor).
10 de 14 – Avería anecdótica
Como avería anecdótica (casi ni eso), en las versiones de 3 puertas con portón trasero abatible (no doble puerta), el conducto del agua para el chorro que se activa con el limpiaparabrisas trasero solía romperse con la propia bisagra del portón inferior, y no solo inutilizaba la limpieza de la luneta, sino que la fuga descargaba todo el circuito y dejaba sin agua los chorros delanteros. En los que llevan la rueda de repuesto bajo el maletero, no en la puerta, hay que revisar bien que los anclajes de esta están en buen estado, así como la propia rueda. Dada la zona en la que iba colgada, es normal que haya sufrido golpes con rocas y otros obstáculos y podría estar dañada.
11 de 14 – Una máquina robusta
Sin duda, entre los argumentos de éxito del Patrol estuvieron su robustez mecánica y acertada imagen, menos básica que la de otros rivales directos, pero igual de campestre. Sin embargo, hubo algo más, algo muy importante. Nissan supo hacer un 4×4 puro, pero domesticado. Como experiencia personal, mi padre retiró su indestructible Land Rover 109 comprando un Patrol en 1989, en ambos casos, vehículos utilizados tanto para la familia como para el trabajo. Y las diferencias eran abismales (sin olvidar que había más de 10 años de diferencia entre ambos).
12 de 14 – Una dócil bestia
El tacto de la dirección, de la caja de cambios, del embrague o frenos y el rendimiento general del coche era completamente diferente, a favor del Nissan. Recientemente, he tenido la oportunidad de probar un Jeep Wrangler de los mismos años y sigo pensando que el tacto del Patrol estaba muy por encima de todos ellos. Si tienes la oportunidad de conducir uno, posiblemente te sorprenda este aspecto y verás que, lejos de la rudeza que se espera de un modelo así, se conduce con casi con la misma suavidad que un turismo moderno.
13 de 14 – «Todo por la Patria»
Fiel a sus orígenes bélicos en mitad del siglo XX, el Nissan Patrol, el fabricado en Barcelona a partir de los años 80, también tuvo el honor convertirse en el coche de referencia de las Fuerzas Armadas y de ahí que hayan existido versiones militares (vestidas con su inconfundible ‘uniforme verde caqui), Policía Militar, cuerpos rurales de la Guardia Civil, bomberos, ambulancias, Protección Civil, etcétera (no solo para España, sino que se extendió por muchos de los miembros de la OTAN). Es, como su propio nombre indica, el perfecto ‘coche patrulla’. En el caso del ejército español, poco a poco fueron sustituidos por los Aníbal Santana o los mastodónticos Uro, sin embargo, muchos Patrol siguen activos, y no es raro verlos circulando por carretera dentro de un convoy de tropas o en los desplazamientos de algunos cuerpos de la Guardia Civil, en este caso, con los últimos GR. Además del carácter anecdótico de todo esto, el comentario viene a cuento dentro de esta guía de compra porque las subastas de vehículos retirados de los Cuerpos de Seguridad son un ‘outlet’ perfecto en el que hacerse con unidades o recambios de Nissan Patrol, con el añadido de que todos ellos han hecho “La Mili” durante sus años de servicio. (Imagen: Licencia Creative Commons/ Autor: Bestiasonica).
14 de 14 – Conclusiones
Llegados a este punto, pienso en los Nissan Patrol que sigan en activo y me los imagino cumpliendo fielmente con su deber en alguna finca perdida en nuestros montes, prados o bosques, allí donde más cómodo se ha encontrado siempre, como si de un ermitaño se tratase. Quizá éste sea el único refugio que les queda a él y a todos los de su especie hasta que los amantes de los clásicos nos preocupemos de que no se extingan definitivamente.
